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Cuba

Jubilarse en Cuba: una carrera con obstáculos

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Por María Carla Prieto

Numerosas personas se han quejado últimamente de sospechosos retrasos a la hora de concederles la jubilación

La oficina del Instituto Nacional de Seguridad Social del municipio Plaza de la Revolución siempre está abarrotada. Ubicada en la calle 25, entre G y F, la dependencia debe gestionar los trámites de extrabajadores en proceso de jubilación.

Según la secretaria del lugar, “la diligencia en los procesos hace que la cola camine rápido y pueden atender hasta 50 casos diariamente”.

Sin embargo, las caras largas de quienes aguardan en el portal y el constante abanicarse con los expedientes -a falta de un salón de espera ventilado- no corroboran la versión de la secretaria. Consuelo tampoco lo hace: “Cada vez es algo diferente: un cuño, una firma o, sencillamente, faltó personal. Buscan retrasar lo inevitable”.

Aunque muchos pudieran tacharla de paranoica, la anciana de 72 años no se encuentra tan lejos de la realidad. Numerosas personas se han quejado últimamente de sospechosos retrasos a la hora de asignarles la jubilación, derecho del trabajador cuando llega a una edad determinada.

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La razón es muy sencilla. En un país cuyo 21 por ciento de la población supera los sesenta años, mientras otras 567 mil permanecen en un limbo, sin disposición manifiesta para el estudio o el trabajo, la mano de obra escasea.

Si a esto le sumamos el hecho de que cada vez son más los jóvenes  sumados al sector no estatal, dejamos a las personas de edad más avanzada como única alternativa inmediata.

Carmen lleva más de 30 años ejerciendo como maestra. Su idea inicial era pedir la baja el pasado año y abrir una contrata en el mismo colegio, mas “lo fui dejando, huyéndole a las colas y al papeleo”.

Como otros, la educadora se ha ido embullando con el aumento salarial y ha dejado para después su descanso, temerosa de perder la jugosa suma de 1700 CUP disponibles actualmente para ella. De este modo, la estrategia está dando sus frutos.

El pasado año, Margarita González Fernández, ministra de Trabajo y Seguridad Social, alertó sobre la difícil situación demográfica del país, agravada por la baja tasa de fecundidad, en contraposición con una envejecida población cubana. Por este motivo, explicó, en dos años el país tendrá más personas saliendo de la edad laboral que incorporándose. Asimismo González Fernández habló de la posibilidad de aumentar la edad de jubilación a largo plazo, para garantizar así la fuerza laboral.

Los ánimos de las personas mayores no están a favor de permanecer en las casas por simple placer. “Nadie quiere vivir de una pensión, y menos aquí. Aun con el aumento, el monto sigue provocando un gran número de incertidumbres, además de pocas certezas”.

Amalia me explica mientras espera su turno: “Aunque mi hijo me manda un dinerito, siempre quise trabajar. Ahora mi mayor deseo es reunirme con él para disfrutar de mis nietas. Si ya le di a esta Revolución lo mejor de mí, ¿por qué no me facilitan las cosas?”. Este es su tercer viaje a la oficina de tramitación.

Algunos cubanos en edad de retiro toman ejemplo del proceder en otras naciones. “En algunos países del mundo, a las personas de más de 60 años les reacomodan las condiciones laborales. Yo tengo 70, lejos de eso, debo lidiar con las irreverencias y los malos tratos de las nuevas generaciones. Me quiero ir”, comenta Ramón, trabajador del transporte.

“En la teoría es muy fácil: te dan tu baja unos días después de presentar los papeles, pues estos solo se verifican. La realidad es muy diferente. La demora en el curso de la resolución del caso, unido al bajón sufrido en la calidad de vida –si aún podemos seguir descendiendo- te dejan pensando si no es mejor morirse trabajando y ahorrarse tanto disgusto”.

 

 


 

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