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Cuba

Escasean piezas de repuesto para electrodomésticos

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Texto y fotos: Lucía Jerez

Es difícil encontrar piezas de repuesto para la olla reina y otros artículos que se ofertaron durante la llamada revolución energética en Cuba

Cuando el boom de la revolución energética en Cuba, una de las obsesiones febriles de Fidel Castro, muchos  de los tradicionales aditamentos de cocina fueron sustituidos por los nuevos que en sucesivas Mesas Redondas se anunciaron.

Las famosas ollas de presión, las de tres pistones, hornillas antiguas y sartenes comunes se reemplazaron en algunos hogares por otros artículos que no resultaron ser duraderos.

Una de las razones que se dieron fue el ahorro de gas, combustible que se encontraba en falta y al que, desde entonces, no podían acceder regularmente todas las familias. Así llegaron la “mágica” olla reina, con un cronómetro que controlaba el tiempo de cocción de los alimentos; las hornillas modernas, superiores a las rústicas de hierro; y, recientemente, las de inducción facilitadas por 500 pesos en moneda nacional a quienes pudieron adquirirlas.

Ninguno de estos equipos han sido tan eficientes como los desplazados. Continuamente se escuchan los rumores de  roturas, para las cuales no siempre hay soluciones.

A Liudmila Fonseca se le quemó hace meses la resistencia de la cocina eléctrica. Pasa cada día por el taller preguntando si ya llegaron repuestos. “No, todavía”, es la respuesta que le dan siempre, luego de que a sus oídos llegara la información de que, para tener prioridad, es necesario apartarla con antelación por un dinero extra.

Cabe destacar que se trata de uno de los dispositivos que más electricidad consume. En la mayoría de las viviendas solo se utiliza en casos extraordinarios, lo que se complica ante la escasez de gas licuado que enfrenta la población.

Míriam Linares tiene rota su olla reina. “Cuando no es el reloj es la válvula, el pitón, la junta o el cable. Qué equipos esos para salir malos. Lo triste es que uno se perjudica. No tenemos gas prácticamente y debemos economizar, no por el país, sino por nuestro bolsillo. Deberían priorizar el abastecimiento de piezas para remediar las afectaciones y controlar que se empleen en función y beneficio del pueblo”, comentó.

Uno de los electricistas de un taller en la calle Galiano dijo que la mayor parte de estos suministros se importan, lo cual aumenta la complejidad del proceso. “A veces lo que entra no alcanza. Las colas son enormes y todo el mundo quiere resolver. Yo no tengo culpa. Arreglo según lo que tenga a mi alcance”, agregó.

Aunque en los fogones de inducción no se han advertido tantas dificultades, hay ingenieros que auguran que los problemas en ellos pueden ser fatales pues la tecnología es superior.

“Antes de que abrieran las nuevas tiendas por tarjetas con moneda libremente convertible, una olla en los mercados recaudadores de divisa estaba en 40 o 50 CUC, lo que equivale a 1000-1250 pesos cubanos. Debes pasar meses ahorrando y mientras, dónde cocino. Ahora no se si habrá, porque ellos quitan de un lado y ponen de otro”, sentenció Luirka Betancourt, madre soltera.

Lo elevado de estos precios está entre los motivos por los que tanta gente acude con desespero a los centros de reparación, una alternativa que, hasta ahora, deja más descontentos que alivios.

 


 

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