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Cuba

Puáfata, un palo por la cara a embajador cubano en Costa Rica

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El Embajador de Cuba en Costa Rica, Jorge Rodríguez Hernández, metió sus narices donde no debía, y el diario La Nación le contestó y llamó MENTIROSO.

En una especie de editorial respuesta, el diario costarricense barrió el suelo con la cara del embajador cubano, por metiche, además.

El Embajador de Cuba en Costa Rica, Jorge Rodríguez Hernández, metió sus narices donde no debía, ni sabía, y como respuesta recibió un soberano puáfata por la cara, de parte del diario costarricense La Nación, en lo que sin dudas constituye un altísimo ejemplo de hidalguía, libertad, transparencia y respuesta soberana a los intentos de estos voceros del gobierno cubano que acostumbrados a chapoletear en el fanguero de la guapería política en Cuba, no escatiman tiempo ni recursos en intentar dar hasta “sugerencias” a la prensa extranjera.

En honor a la verdad, no es primera vez que sucede que funcionarios del gobierno cubano meten el delicado pie en asuntos que no le competen y en los que, a todas luces, no saben ni jota. Para colmo de males lo hacen de muy mal tono, con arrogancia y prepotencia. Acostumbrados al chantaje emocional, han olvidado que eso solo procede con algunos, y cubanos, porque dudamos que ciudadanos extranjeros tengan que acatar sus “órdenes y orientaciones”.

Pero, ¿qué sucedió? Pongamos las cosas en contexto.

El diario de Costa Rica, La Nación, escribió un artículo en el que abordaba el tema de la ola de represión en Cuba, que incluía lo sucedido en San Isidro así como el plantón frente al Ministerio de Cultura por parte de un grupo de artistas. A esa nota “respondió”, mediante insolente carta, el embajador cubano en Costa Rica. En la misma asegura que el diario miente y le sugiere que mejor se dedique a hablar sobre “el éxito” en la gestión frente al coronavirus en Cuba.

De esa carta llaman la atención, además de la orientación dada por el embajador de sobre qué debe escribir La Nación, dos detalles. A uno, el diario le dio donde le dolía al embajador. El otro es la mención del embajador de “juguetes sexuales” en las manos de los huelguistas de San Isidro.

“Lo de San Isidro es una farsa. No existe tal movimiento y mucho menos huelga de hambre. Los reunidos en la calle Damas publicaron en redes sociales cómo bailaban y hasta retozaban con juguetes sexuales. No son artistas. No tienen obra alguna. No trabajan. Viven del dinero dispuesto por el gobierno de Estados Unidos para la subversión en Cuba”, dice el embajador.

¿Qué pinta en su “denuncia” esta mención a unos juguetes sexuales? Nada. Evidentemente. Pero a este vejete, que al parecer en educación sexual anda muy mal y muy necesitado de un juguete sexual para explorar nuevos sentimientos en la cama y actualizarse ese chip socialista que hace muchos años veía en estos juguetes sexuales una muestra de “la decadencia del capitalismo” le llamó la atención. Una muestra de que ese cerebro está perdidito en el matorral.

Negar la influencia del Movimiento de San Isidro, como detonante de la “protesta” frente al MINCULT y decir que no es un movimiento artístico, además de negar todo lo demás, es muestra de la prepotencia y el desconocimiento del embajador cubano en Costa Rica, a quien a no dudarlo, de seguro, sus jefes en La Habana condecorarán próximamente. Ya esta mañana, la funesta Prensa Letrina -perdón, Prensa Latina– le tiraba un cabo al embajador, sacando una nota sobre la dizque respuesta que este diera a La Nación, sin mencionar, claro está, la barrida de suelo que dio posteriormente a eso La Nación con la cara del embajadorzuelo.

La nota de respuesta de La Nación al embajador de Cuba en Costa Rica, ni siquiera es extensa. Es breve, pero concisa y dice cosas puntuales como esta: La Nación no es el Granma.

Por su importancia, incluimos aquí la respuesta íntegra del diario costarricense, a la intromisión y mentiras del embajador cubano, en espera de que este forme otra pataleta, meta finta de erudito y por supuesto, omita lo que más le convenga, lo más importante, sobre San Isidro: la represión, detenciones y vigilancias constantes a la que se han visto sometidos los contestatarios integrantes del movimiento; además de otros, de los que participaron en el plantón frente al Ministerio de Cultura.



Nota de la Redacción: Miente el embajador de Cuba

“Ni ‘La Nación’ miente ni falta a la verdad la prensa independiente de todo el mundo cuando formula las mismas denuncias sobre la represión de los artistas cubanos

La Nación no es Granma, periódico oficial de la dictadura cubana. No mentimos, como lo hace Granma de forma cotidiana, ni puede el embajador decirnos sobre qué informar, como lo hacen las autoridades cubanas con su prensa sumisa. El Gobierno de Costa Rica no nos gira instrucciones, menos las vamos a aceptar de un diplomático extranjero.

No obstante, a diferencia de Granma, La Nación da cabida a diversos puntos de vista. Por eso publicamos la nota del embajador pese a su mendacidad, tono y falta de requisitos para ser considerada derecho de respuesta, según la ley vigente.

Ni La Nación miente ni falta a la verdad la prensa independiente de todo el mundo cuando formula las mismas denuncias sobre la represión de los artistas cubanos, junto a Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos de prestigio.

No vale la pena extenderse sobre el texto del embajador. Basta una muestra para aquilatar sus afirmaciones: «Denis Solís no es rapero, ni artista según ha dicho la misma Agencia Cubana de Rap que agrupa a los intérpretes de ese género musical». La Agencia Cubana de Rap, subordinada al Instituto Cubano de la Música, dependiente del Ministerio de Cultura del régimen, decide quién es artista de ese género y punto. ¿Podría haber mejor prueba del minucioso control del régimen cubano sobre todo tipo de expresión que la existencia misma de una agencia del rap? Sería cómico si no fuera tan trágico.

Si el embajador estimara conveniente publicar esta nota de redacción en la prensa cubana para poner a sus conciudadanos al tanto de lo que se dice en el extranjero, desde ahora autorizamos la reproducción.”

A esta hora, se los aseguro, la cara del embajador de Cuba en Costa Rica, si es que tiene vergüenza, debe estar con fomentos puestos.

Ariel P.

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