Connect with us

Cuba

El Macondo llega a Cienfuegos. Lo del Medibús no tiene nombre

Published

on

Cuatro mil residentes en los poblados de Palmarito, Guasimal, Naranjo, Charcas, Pimienta y Loma del Chivo, localidades ubicadas en el municipio de Abreus en la provincia de Cienfuegos, Cuba, se han quedado practicamente incomunicados pues el ómnibus que los transportaba desde y hacia esos intrincados lugares de la geografía sureña ya no podrá seguir haciéndolo.

El Medibús, ese ómnibus que lleva y trae a los hospitales y policlínicos a personas que necesitan atención médica, ha sido destinado para este uso y no para otro, según señala Yudith Madrazo en el heraldo provincial Cinco de Septiembre. Un razonamiento lógico, pero que en la realidad cubana actúa y funciona de otra manera, pues ahora – luego de una medida tomada por las autoridades de la provincia – el “humanismo” del Medibús contrasta con la actitud inhumana de dejar botados en la carretera a los miles de residentes en esa zona que se valían de su servicio para trasladarse hacia la cabecera municipal y/o provincial. Pero eso no lo es todo.

De acuerdo con el artículo, varias personas se habrían puesto en contacto con la redacción del diario para manifestarles la incomodidad por la mala nueva. Pacientes, enfermos, sanos y choferes.

Los habitantes de esos poblados, pertenecientes al consejo popular de Charcas, en sus quejas lo argumentan “todo”, y exigen una respuesta al problema. A un problema que los afecta a todos. A los enfermos, a los acompañantes de los enfermos, y como no, a esos sanos que “se cuelan” y a los que el chofer recoge, y luego no ceden el asiento a un enfermo recogido en una localidad más adelante.

Aunque según las autoridades, se trataría de un plan de reordenamiento de un servicio que ya no es lo que era antes, cuando – recuerdo – había medibús con unas condiciones bastante aceptables (aire acondicionado incluso), con camillas dentro, una enfermera y un doctor… lo que hoy vemos tras 25 años de entrada en vigor el servicio es algo bien distinto: un ómnibus “cualquiera”, con ventanillas rotas. Sin camillas, y ni rastro de un doctor o de una enfermera.

Las declaraciones de los afectados hablan por sí solas.

“¿Podrá el pueblo de estos lugares salir, con la escasez de transporte que hay? ¿Podrá sentirse contento? Pedimos que se tome alguna alternativa de inmediato, ya que aquí residen más de 4 mil personas”.

“¿Qué nos hacemos los trabajadores que viajamos a Cienfuegos en medibús desde hace años y hoy no podemos hacerlo aunque vayan vacíos, pues dicen es ‘una indicación’? ¿Acaso se restablecerá el problema del transporte?”.

Algunos de los enfermos se quejan incluso de haber perdido su turno médico por no haber podido viajar en el Medibús. Ya sea porque este no salió, o se rompió, lo que es peor: iba lleno. No son pocos los que “se montaron” en el Medibús con un gallo, un perro o hasta un cerdito o un carnero en un saco. Madrazo no lo dice, pero quien ha montado en un Medibús lo sabe.

El servicio no cambió. Ha sido protegido, constituye una prioridad para el sistema de Transporte,” expresó al medio Leandro Méndez Peña, director de la Empresa Provincial de Transporte en Cienfuegos.

Lo cierto es que hay pacientes perjudicados y que ambos organismos hemos recibido quejas y sugerencias de ellos. Esta es una transportación noble, de voluntad, que no defiende los planes de ingreso, sino la calidad de los servicios”, continuó diciendo.

A través de los años nos han llegado criterios de la población sobre la calidad de los ómnibus destinados a esta función, la cantidad de personas que lo abordan, que no todas vienen para los centros de Salud, que hacen paradas innecesarias… Entonces nos dimos a la tarea de revisarlo por dentro. Transporte garantiza el ómnibus con una estabilidad sin precedentes. En los diseños de transportación, el primero que se coloca es el medibús. De los 20 existentes en la provincia, solo siete realizan el traslado desde la cabecera municipal a la provincial; los otros trece lo hacen desde diferentes asentamientos. Incluso, tenemos municipios con más de uno. Abreus, por ejemplo, tiene seis“, explicó por su parte Duniesky Gutiérrez Sánchez, subdirector de Operaciones en la citada entidad.

No hemos hecho nada nuevo, sino devolverle a este programa su razón de ser. Una de las medidas es preparar a los paramédicos para atender a los pacientes, pues se trata de un servicio especializado. Otra, que viajarían los pacientes para quienes está concebido el servicio, y con acompañantes solo las personas que lo requieran. El resto del personal no debe montar. También se ajustó el horario. Ellos deben llegar a los hospitales a las 8:00 a.m. y regresar a las 4:00 p.m., pues en la tarde es cuando se dan la mayoría de las consultas externas y eso elimina la ansiedad, el estrés que sufren muchos por atenderse antes de que se les vaya el ómnibus,” alegó al diario el Dr. Oscar Martínez Cruz, galeno que atiende Urgencia, Emergencia y Trasplantes en la Dirección Provincial de Salud, quien explica que este reajuste busca devolver el sentido por el cual fue creado el Medibús.

El medibús fue diseñado para el traslado de pacientes no “ambulanciables”, y las medidas organizativas tomadas hoy responden al hecho de que con los años se ha perdido el sentido de dicha transportación. Esta organización solo tiene una finalidad: proteger a los pacientes. Ellos ya no se quejan, están contentos de tener garantizado su asiento y de ser recogidos al regreso en el centro hospitalario donde se quedó“, afirma.

Sin embargo, ahora viene la otra cara del problema y… ¿quién la resuelve? Porque a fin de cuentas si un “sano” se coló y se hizo pasar por enfermo; si alguien se valió de sus influencias y contactos para subirse al ómnibus sin merecerlo, no lo hacen por el simple placer de viajar a Cienfuegos o a Abreus. Lo hacen porque existe una necesidad real de transporte. Una demanda de transporte a la que se precisa darle solución. Que esos otros usen el Medibús pues no tienen otra alternativa para transportarse no es culpa ni del enfermo ni del sano. Es culpa de una realidad. Una realidad que los agobia. Y a ellos hay que darles una respuesta. Es decir: transportarlos. Que exista un transporte para ellos.

Para muestra, un botón. Si en la búsqueda de la justicia y la equidad en el servicio humano que brinda el Medibús suceden diariamente hechos como el que testimonia Yojainer Estrada Villegas, conductor del municipio de Lajas, estamos fritos; pues el descontento pudiera generar un malestar peor.

El propio lunes 18 salí yo con seis pacientes del Hospital Provincial. Ni en el Pediátrico ni en el CEA había nadie. Debía recoger a un remitido en este último, pero no estaba; se había ido cuando terminó, antes del mediodía. No esperó a las 4:00 p.m., hora de salida. Muchas personas, incluso de Lajas, me hicieron señas por el camino, pero a pesar de venir prácticamente vacío, no los pude recoger, en obediencia a la nueva disposición.

Y para colmo de todos los males, Estrada relata como “les imponen” que, además, tienen que cumplir un plan de recaudación.

“Ese día mi plan de recaudación era de 150 pesos e ingresé solo 34.”

Yo sugiero que si tenemos dos guaguas para este servicio, no salgan los dos juntos a las 4:00 p.m., sino que una lo siga haciendo a las 12:00 m. y la otra en el horario señalado de la tarde. ¿Por qué el enfermo que termina su consulta o tratamiento en la mañana, y no puede pagar un taxi, ha de esperar hasta las 4:00 p.m. para regresar?”, señala con absoluta justicia y seriedad.

Otro chofer, Osmany Cuéllar Monzón, dice que el primer día en que entró en vigor esta nueva disposición, (lunes 18 de marzo) trajo a la ciudad entre 21 y 22 pacientes.

Regresé con dos nada más; el segundo, me fui con tres; el tercero, con cuatro. Parece que quienes terminan en la mañana se van en otra cosa y no esperan a la salida por la tarde. Ese lunes recaudé unos 50 pesos, de un plan de 140. No sé cómo me van a pagar. Los viajes que doy a otras rutas, como a Pasacaballos, son fuera de horario, desconocidos por la población, y lo que llevo son doce o quince personas, por lo que ingreso muy poco“.

Choferes cuyo salario depende de lo que ingresen, pero solo pueden trasladar enfermos. Y si no hay enfermos, les pagan poco. No ingresan. Seguramente hasta en el trabajo les llamen la atención. ¿Qué tendrán que hacer? ¿“Enfermar” ellos mismos a la gente para poder cobrar lo que les exigen en el plan?

El Macondo cubano cada día sorprende. Gente – miles – que ahora sufrirán lo indecible para trasladarse porque ya no pueden hacerlo en el ómnibus en el que lo hacían. Choferes que cobran si tienen pacientes enfermos que trasladar. ¿Que toca después? ¿Estimular a los de las funerarias por la cantidad de muertos?

Comentarios

LO MÁS TRENDING

LO MÁS VISTO