Cuba
El bailarín cubano Carlos Acosta recibirá el Queen Elizabeth II Coronation Award
La Real Academia de la Danza del Reino Unido otorgará al bailarín cubano Carlos Acosta el Queen Elizabeth II Coronation Award.
Así la influyente institución académica reconoce al ex primer bailarín del Royal Ballet de Londres como una de las figuras más renombradas en la danza actualmente. La Real Academia del Reino Unido ha publicado en su sitio web que Carlos Acosta es “una fuente de inspiración para bailarines de todo el mundo”.
El Queen Elizabeth II Coronation Award se otorga cada año, desde 1953. Antes lo han recibido personalidades del mundo de la danza como Ninette de Valois, Marie Rambert, Frederick Ashton, Antony Tudor, Kenneth MacMillan, o Rudolf Nureyev.
Luke Rittner, director ejecutivo de la Real Academia, aclaró que fue unánime la decisión de honrar al bailarín cubano Carlos Acosta con el Queen Elizabeth II Coronation Award.
Al saber que recibiría el premio, Carlos Acosta dijo: “Es un honor unirme a esta prestigiosa lista de líderes de la danza, en muchos de sus integrantes me he inspirado y con algunos tuve la oportunidad de trabajar durante mi carrera”.
La ceremonia de entrega del Queen Elizabeth II Coronation Award será en el Mandarin Oriental Hyde Park, de Londres, el próximo 15 de octubre.
En abril de 2016, tras ser primera figura del Royal Ballet de Londres por 17 años, Carlos Acosta fundó en Cuba la compañía Acosta Danza, que por estos días debuta en el New York City Center. La crítica especializada ha comentado sobre estas funciones: “Ruegue, tome prestado o robe un boleto”, dice el Evening Standard. Por su parte, en las páginas del Independent puede leerse: “No puede contenerse el admirar a los bailarines mientras corren y se sumergen en combinaciones cada vez más difíciles”.
Además de la labor al frente de la compañía Acosta Danza, desde comienzos de año se rueda, bajo la dirección de la española Icíar Bollaín, “Yuli”. En “Yuli”, la cinta sobre la vida de Carlos Acosta, el bailarín cubano hace de sí mismo, a sus 44 años. Con la experiencia de la filmación, Bollaín ha declarado en una reciente entrevista: “El ballet empezó siendo una cárcel para él, pero luego le sirvió de refugio y al final fue su liberación”.
