Cuba
Dan colorete a edificio para complacer a Díaz-Canel
Un edificio que aloja un centro cultural que sería inaugurado por Díaz-Canel fue maquillado con colorete, apenas por la parte que vería el “puesto a dedo”
Según narraba en Facebook un internauta identificado como Lázaro Saavedra, la inauguración del Centro Cultural “La Llave”, en el municipio del Cerro, fue todo un paripé y un engaño, en el cual hubo dos grandes estafados: Miguel Díaz-Canel y el pueblo.
El centro se inauguró hace más de un año, y a su inauguración asistió el llamado “puesto a dedo”.
Saavedra relata que “lo que fuera la llamada fábrica de pistones, se ubica dentro de la manzana limitada por las calles Domínguez, Mariano, San Pablo y Falgueras, y antes de la inauguración, a la cual asistiría Díaz Canel, empezaron a reparar las calles, algo de albañilería a las fachadas y pintura a las casas de la manzana antedicha”.
El día llegó y eventualmente las fuerzas de seguridad habían coordinado cómo sería el recorrido de Díaz-Canel. Es decir: por dónde llegaría.
“Como se aprecia en la foto, la bi planta ubicada en la esquina de Mariano y San Pablo la pintaron solamente por la parte visible para Díaz-Canel, a pesar de que los que la habitaban pidieron de favor que terminaran la fachada completa”, explica Saavedra que aclara que la foto la tomó desde la intersección de las calles Mariano y San Pablo.
A muchos les parecerá extraño, pero ejemplos similares a estos se conocen.
En la provincia de Villa Clara, recientemente, recogieron por las calles los llamados perros callejeros, apenas conocieron que Díaz-Canel visitaría la provincia.
Hasta algunos de nosotros hemos experimentado vivencias similares. Quienes hemos trabajado en la industria turística, lo sabemos, pues a cada rato, tras el azote de algún huracán, se publicita la recuperación de las instalaciones turísticas utilizando el mismo modus operandi: le dan colorete a la parte que se va a mostrar a la comitiva del gobierno, o a la prensa. El resto, es un verdadero desastre.
Una anécdota muy graciosa ocurrió en los primeros años de la década del 2000 en Cayo Largo del Sur, cuando fue visitado por el entonces vicepresidente cubano Carlos Lage Dávila. Una parte del hotel Isla del Sur, bajo techo, estaba cerrada y en construcción, pero Lage insistía en pasar por allí, a pesar de que los que lo guiaban querían que Lage pasase por otro lugar, bajo un durísimo sol de un mes de junio.
“La puerta se trabó hace un rato compañero Vicepresidente; se partió una llave dentro del llavín”, dijo uno de los jefes de la Comitiva y Lage, dudoso, se acercó a la puerta para comprobarlo.
“Arreglen esto, que ahorita están llegando los turistas”, advirtió Lage, que no le quedó más remedio que seguir caminando hasta la próxima villa bajo el Sol.
Lo recuerdo como si fuese hoy, porque quien escribe esto fue el de la idea de partir la llave dentro del llavín para que Lage se creyese que el hotel estaba “ya listo”.
Ariel P.
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