Cuba
Diez años esperando por los papeles de su casa
Cuando Carlos Amado García Crespo se puso en funciones de vender su casa para, con el dinero de la venta comprarle una casita más pequeña a su hija y sus tres niñas, y comprarse él, además, un cuartico, nunca imaginó que tendría que esperar diez largos años por un papel que hasta hoy, abril del 2019 no tiene en su poder. Eso a pesar de que “la ley te ampara”, “todo está dicho”, “no hay más nada que hacer”, “solo te queda esperar”... pero en esa espera lleva Amado toda una década. Y no por culpa suya.
Desesperado, Amado acudió este martes, como cientos de cubanos hacen, a la Columna de Pepe Alejandro en el diario oficialista Juventud Rebelde. Allí, en la “Acuse Recibo”, donde semanalmente se da solución a algún que otro caso, luego que los responsables de algún desmadre son expuestos ante el pueblo, Amado espera encontrar la respuesta a “su problema”, que comenzó hace ya muchos años.
Cuenta el afectado que lo sucedido en su caso es “una violación ética profesional y una falta de respeto” por parte de la Dirección Municipal de la Vivienda de Marianao, y no es para menos. Alega además, en su misiva, que hay “mal trabajo de la oficina de trámites de ese territorio.” ¡Y vaya si lo hay!
El remitente se divorció de su pareja hace ya más de dos lustros. Dividieron la casa. Se le otorgaron los respectivos documentos a él y a su exesposa, pero justo cuando apenas faltaba retirar el correspondiente la nueva numeración de ambos inmuebles, -el dividido – para otorgarles las propiedades a cada uno de ellos, su ex pareja fue sancionada a 16 años de privación de libertad. Cuando Carlos intentó de manera individual continuar con los trámites para su propiedad, comenzó su calvario. Un largo camino cuesta arriba, sorteando escollos de todo tipo; burócratas innombrables y leyes que nadie entiende.
Resumiendo: si ella no estaba presente, no habría numeración nueva para su casa, y por tanto no había Título de Vivienda.
El atribulado Amado debió esperar que su ex saliera de la prisión ocho años después porque, según Vivienda, “tenían que estar presentes los dos, porque la gestión era una para ambas propiedades.”
Encontrándose ya ella en libertad condicional, de alguna manera inexplicable, y sin avisarle a él, pudo ella arreglar sus papeles.
si ella no estaba presente, no habría numeración nueva para su casa, y por tanto no había Título de Vivienda.
Cuando Amado se enteró, se presentó en la Dirección Municipal de la Vivienda donde le revisaron una vez más sus papeles y le dijeron que “no había problemas,” y fue entonces que, el 21 de noviembre de 2017 pudo él, al fin, comenzar sus trámites. Le dijeron que en 50 días hábiles tendría una respuesta.
Pero pasó el tiempo, y pasó un águila por el mar, y en febrero de 2018 fue que recibió la respuesta Amado. Su trámite había sido “cerrado por providencia”, es decir: él no se encontraba en su casa el día que lo visitaron y por lo tanto, ¡tenía que comenzar de nuevo!
Y aunque protestó, alegando que nunca fue avisado de que pasarían a visitarle, fue como si le hablara a una pared. Recuerde que estamos hablando de Vivienda. En Cuba.
Angustiado, molesto y hasta deprimido quizás luego de una década esperando porque le sea dado el Título de Propiedad de su casa, Amado encaminó sus pasos hacia la Fiscalía Municipal, donde fue atendido por la fiscal asistente Melisa, quien le dio toda la razón.
como no estaba en su casa el día que lo visitaron, tendría que empezar todo el proceso de nuevo
Había, sí, dijo ella, “un mal trabajo de Vivienda” pero, con el dolor de su alma le dijo que ella no podía hacer nada al respecto.
Con tantos problemas encima, con una hija embarazada, con la presión alta e ingresada con Zika en Maternidad de Línea, Amado se estuvo ausentando de su casa por momentos. Y coincidió que en uno de esos momentos que estaba fuera, en mayo del 2018, fueron a visitarle de nuevo, y al no estar en casa, volvieron a cerrar el caso por “providencia”. Es decir: tendría que comenzar todo el papeleo de nuevo. Pero de esto él se enteró en diciembre del 2018, luego de seis meses – desde el 18 de marzo de 2018 – visitando cada miércoles la oficina de trámites.
Amado explotó. Fue entonces que una funcionaria, de nombre Anais, apenada, le orientó acudir a Planificación Física a ver a la compañera Yarima. Esta última escuchó todas sus tribulaciones y le dijo que no había problemas.
Afortunadamente en enero de 2019, al fin fue la técnica a revisar su vivienda. Hecho su trabajo, le dijo que en diez días hábiles podía recoger su documento en la casa de trámites.
Esperanzado, Amado fue allí un día, cumplidos ya los diez que le habían dicho, a buscar su documentación. No estaba. Volvió a ir. Tampoco estaba. Entonces llamó a Yarima, esta revisó en el libro y se encontró que la documentación le fue dada a una técnica, de nombre Yaima – sin R intermedia – el 22 de febrero. Al parecer, esta última extravió los papeles, de lo cual nadie está seguro, pero nadie tiene una respuesta.
«El caso es que hoy cuando le escribo (1ro. de abril de 2019) mis papeles no aparecen. Hasta cuándo tendré que esperar”, se pregunta Amado, sin saber que esa es la pregunta que muchos se hicieron un día, hasta que otro, decidieron por sus medios dar una respuesta definitiva.
foto portada: referencial