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Cuba: Denuncias sobre injusto proceder de miembros de la policía

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¿Cuáles son las armas que tenemos para defendernos de una multa o un arresto injusto por parte de la policía en Cuba? Ninguna. Tenemos todas las de perder.

Ni siquiera te dejan grabarlos; y la grabación de tu celular posiblemente no tenga ningún valor en un posible juicio.

Justo mientras leíamos esta mañana en el portal Cibercuba sobre la detención de un hombre que se encontraba comiendo un pan en la esquina de 23 y 12, en el Vedado el pasado viernes 11 de septiembre, un correo llegó a nuestra redacción dando cuenta sobre otro hecho de “injusto proceder” por parte de miembros de la Policía Nacional Revolucionaria en La Habana.

En realidad la denuncia, fuerte en su contenido, revela la arista otras veces denunciada en innumerables momentos y referida a la indefensión ciudadana ante los miembros de la policía. Trátese de una joven agredida por filmar con la cámara de su teléfono celular como era golpeada, empujada y arrestada su amiga; trátese de hombre, como el caso relatado por Cibercuba, que simplemente se comía un pan y fue “conducido” por no tener puesto el nasobuco. Trátese de Ulises Toirac.

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Los hechos narrados por Cibercuba explican que el hombre hasta le había pedido permiso a otro oficial de la PNR para comerse su pan.

“El señor le imploraba a los oficiales, se humillaba, les decía que él no se quitaba el nasobuco ni en su casa, que se estaba comiendo un pan porque no había desayunado y alegaba que era diabético, que le podía dar una hipoglucemia en el medio de la calle”, contó el testigo a Cibercuba.

“El oficial haciendo oídos sordos primero le dijo que abriera su mochila, que estaba vacía. El señor le mostró sus bolsillos vacíos también y vi que sostenía su billetera en la mano donde el oficial tenía su identificación”, continúa el relato del testigo de lo ocurrido.

“El oficial le quitó la mochila, la tiró en el piso despectivamente y le pidió al señor que se diera la vuelta. Le colocó una esposa de esas plásticas y el señor a gritos le pidió que no se las apretara más que le dolía. En ningún momento se resistió. Los policías con su mala forma y su prepotencia una vez más hicieron gala de abuso de poder”, señala a CiberCuba.

“Una vez los vecinos quedaron estupefactos e impotentes, limitados a contemplar con sus ojos que ante los represores hay que estar más quietos que una foto”, añadió en su denuncia el testigo de los hechos.

Calzada de 10 de Octubre y Lacret: otro atropello

Hola les recomiendo que averigüen sobre un incidente que tuvo lugar hoy en la mañana en la Calzada de 10 de Octubre y Lacret en el Banco. Lo que sucedió allí fue de películas. Había un joven que estaba en una moto eléctrica en las afueras del banco esperando a que saliera su novia con su suegra y vino una patrulla y el policía le dijo que no podía estar allí. El muchacho le dijo en buena forma que que solo estaba esperando por un momento a que saliera su novia y si precisamente en ese instante salía, para irse. Pero el policía se puso intransigente y le dijo que no que había cometido desacato a la autoridad y que se lo llevaba preso. La muchacha trató de convencer al policía pero fue inútil, porque éste comenzó a agarrar por el brazo al muchacho y éste último le dijo que lo soltara que no tenía por qué tocarlo. Entonces el policía perdió la cabeza y se abalanzó sobre el muchacho empujándolo y ambos se metieron contra el cristal de la puerta del banco y lo rompieron en mil pedazos dando a para en el interior del recinto. Los otros policías se bajaron de la patrulla entraron al banco y comenzaron a caerle a golpes al muchacho en el suelo. Luego lo cargaron y lo metieron en la patrulla sin dejar de golpearlo. Pero en la aparatosa caída el policía que inició el conflicto se cortó la cabeza o el rostro porque estaba lleno de sangre y cuando éste se percató de ello le fue para arriba al muchacho que ya estaba dentro de la patrulla y continuó la golpiza. Uno de los policías logró sacarlo y le dijo que no podía irse junto con el muchacho en el carro patrullero. Pero el policía cortado le dijo que si que él quería irse y le gritó al muchacho, “tú viste lo que hiciste, te voy a matar como un perro”. Los otros policías no lo dejaron irse en la patrulla y se llevaron al muchacho preso.

La madre de la novia y la novia comenzaron a preguntar desesperadas si alguien había grabado lo sucedido y contaron que el el muchacho es un alma de dios que es enfermero y que sus padres viven en España, que se había cometido una gran injusticia. Comenzó a pedir firmas a los que presenciaron el hecho y uno de ellos dijo que era Combatiente de la Revolución y le comentó a una teniente coronel del Minint que realmente había sido todo culpa del policía,” termina la misiva enviada a Cubacomenta.

250 pesos por ir dentro de un auto

Esto que paso a contarles le sucedió hace ya algún tiempo a este redactor, que “cogió botella” con un amigo en su almendrón.

Varias cuadras más adelante el auto fue detenido “para ser inspeccionado”. Uno de los que viajaba dentro del auto se encontraba apurado y le reclamó a los policías que por favor se apuraran. Uno de los policías le pide el carnet de identidad al sujeto y este se niega, y alega más adelante en medio del intercambio de palabras, que si él estuviese con su tío, extranjero, en un auto de turismo, ni siquiera los hubiesen detenido.

El policía empieza a tratar de abrir la puerta del auto halando la manija, mientras que, con el otro brazo le intentaba meter con las tonfas al sujeto. Los golpes daban todos contra el borde de la ventanilla del auto y alguno lo metió adrede contra el techo. El sonido de la lata era ensordecedor.

El chofer del auto se abalanza sobre el policía para pedirle que deje de darle golpes a su auto. El policía reacciona y lo golpea a él. Llegan más policías y arrestan al chofer y al “protestón”. Al resto de los pasajeros les dicen que “sigan su camino”.

Pregunto a uno de los policías si puedo ir hasta la Unidad, teniendo en cuenta que seguramente necesitaría avisar a los familiares de mi amigo. Me dice que sí. Que no hay problema. Una hora después, mientras esperaba fuera a la llegada del hermano de mi amigo para recoger el auto, uno de los policías me reconoce y me pregunta que qué yo hacía fuera; me pide el carnet y me pone una multa. Otro de los policías, al cual llamé como testigo, le dice que yo no estuve involucrado en nada de eso; que yo estaba durmiendo. El reclamo en la unidad no procede. 250 pesos.

Quién le manda a ir dentro del carro con esos delincuentes,” se defiende el oficial.

La multa fue reclamada un mes después en la Delegación del MININT. El oficial cuando entró ni me reconoció siquiera, pero recuerda los hechos. El otro, el que había intercedido por mí en la Unidad, dice que no recuerda nada, que ellos a diario tienen cientos de problemas como ese. El oficial que me impuso la multa dice que “todos se le abalanzaron encima” y que yo “alentaba” desde dentro del auto. Que daba gritos “de aliento” al sujeto que yo ni conocía.

“Mire joven, usted se ve que es decente y sí, puede poner un abogado, que le costará sus buenos pesos; pero al final será su palabra contra la de él. Puede que hasta pierda el trabajo. Lo mejor que hace es seleccionar mejor sus amistades. Márchese y olvide esto, que al final son solo diez CUC´s y eso usted seguro en el hotel donde trabaja, se lo gana en una hora”, me dijo el Teniente Coronel que atendió la queja mientras me escoltaba hacia la puerta.

por Roberto A.

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