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Cuba

Los cubanos y la era datos móviles contra llamada tradicional

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Por Ana María Alba

Los precios para la telefonía celular que impone ETECSA a los cubanos hacen que estos busquen alternativas. ¿Datos móviles o llamada tradicional?

“Me timbras cuando llegues”. “Si te timbro es que ya tengo todo resuelto, pero no respondas que no tengo saldo”. “Cuando el móvil te suene dos veces es que iré. Si es solo una vez, pues quiere decir que no llegaré”. “Tengo que llamarte con *99 porque tengo el móvil en cero”. “Hasta que no haya otra oferta de recargas no puedo llamarte”. “Tímbrame de un  fijo, cuelgo y te llamo para atrás”.

Esas son algunas de las “contraseñas” que usamos los cubanos para comunicarnos  y “no gastar mucho”, dados los excesivos precios para la telefonía celular que nos impone la única compañía de telecomunicaciones de Cuba, ETECSA.

Pero la apertura a la conexión a Internet por datos generó un boom entre los cubanos. Una forma diferente de comunicarnos  y ¡más barata!

Desde entonces los parques wifi dejaron  de ser sitios de grandes aglomeraciones de personas tratando de conectarse al mundo;  y ya es muy común encontrar a los cubanos en la guagua, los almendrones, centros de trabajo, oficinas de trámites o caminando por las calles, distraídos “texteando” con sus celulares.

El reto está en saber aprovechar mejor los datos móviles con aplicaciones de mensajería que optimicen el gasto en chat, llamadas y videollamadas.

WhatsApp, por ejemplo, es la opción más viable y económica para estas funciones, por eso es una de las más usadas en el mundo entero. En el caso de las llamadas y videollamadas, la aplicación ajusta la calidad a la velocidad de la red y en función de la conectividad más lenta o inestable.

Gasta menos datos que otras competidoras como Facebook Messenger, Hangouts o IMO. Esta última también muy popular en la isla y que puede ser más económica en consumo, posee una bajísima calidad para videollamadas y no avanza con conexiones lentas.

Por ejemplo, las tarifas de Cubacel para una llamada al extranjero oscila entre 1 y 1.20 CUC por minuto  y dentro del país, el costo por minuto es 0.35 CUC. En cambio, llamar por Whatsapp puede costarte 300 kb por minuto.

Es decir, hablar tradicionalmente durante 10 minutos con alguien en EEUU ascendería a 12 CUC, sin embargo, con siete CUC se pueden comprar  600 MG de datos para comunicarte un mes entero con llamadas, videollamadas y chat.

Si comparamos el costo de los SMS con la mensajería instantánea de cualquiera de esas app, comprobamos que también es más barato. Por ejemplo, un mensaje nacional se contabiliza en 0.09 CUC y en 0.60 CUC para el exterior. Con 1 MB se mantienen activos varios chats en Whatsapp, incluso con audio y descargas multimedia.

Pero aun con estas ventajas que trae Internet por datos, la llamada tradicional sigue siendo un recurso válido, no solo por su inmediatez, sino también por los disímiles ardides que hemos encontrado los cubanos para hacernos entender a través de los “timbres”.

Así lo corrobora Elaine, una universitaria que espera la guagua en la céntrica parada del Coppelia mientras textea en Whatsapp. “No todo el mundo tiene siete o diez CUC para comprar paquetes de datos. Es más fácil reunir 5 CUC para comprar una tarjeta. Además siempre están esos recursos que hemos creado para hacernos entender, y, como última opción, la llamada con *99 para que pague la otra persona”.

“Mi salario, aunque lo hayan aumentado, no me alcanza para mantener celular e Internet, por eso ni siquiera tengo un móvil que pueda conectarse a datos”, afirma Esther y me muestra su viejo Motorola de teclas. “Le pongo cinco CUC cada tres meses y cuando se me acaban, pues utilizo los recursos que todos conocemos: timbres, llamadas desde los fijos,  y algún que otro SMS”, detalla.

ETECSA y datos móviles en medio de la “coyuntura”

A poco más de tres semanas de que el gobierno declarara la emergencia energética en el país, Cuba se ha sumido en la “crisis coyuntural”, término con el que se ha bautizado este  trance provocado por la falta de petróleo y que recuerda el momento más oscuro del “período especial” en los años 90.

A la falta de petróleo y gasolina, el consecuente déficit del transporte, las escaseces de todo tipo y el malestar popular, la Internet por datos y la red celular han sufrido también  lo suyo.

Una investigación de esta reportera durante las últimas tres semanas pudo constatar que las mayores afectaciones han ocurrido en horas de la noche y la madrugada, aunque no se han reportado grandes “apagones” en la comunicación.

Ana se mantiene con la red de datos conectados todo el día, a diferencia de muchos que los apagan y encienden cada vez que lo necesitan,  “para ahorrar megas”. Según explica a Cuballama, “la conexión ha fallado sobre todo en  la noche, pero no todos los días. En algunas ocasiones el cierre dura hasta la madrugada, en otras se ha extendido hasta la mañana del día siguiente. Pero en realidad han sido pocas veces”, acota.

Otro cliente, Andrés, asegura que su teléfono accede a la red 4G y no ha presentado problemas durante el día, aunque ha notado que en algunas jornadas nocturnas se tornan un poco más complicadas las comunicaciones.

En tanto, Gabriela, coincide en que la incomunicación persiste en la noche. “Generalmente me cuesta que mi teléfono se conecte, pero mi truco consiste en marcar algún número y enseguida accede a la 3G. Si no, pues lo pongo en modo avión y lo regreso enseguida a su estado normal. Entonces es cuando se conecta”, explica.

Una fuente de ETECSA confirmó a Cuballama que el monopolio de las telecomunicaciones en la isla ha estado haciendo “pruebas y ajustes” para adecuarse a la “coyuntura”, sobre todo en horas de la noche. “Además de las medidas que se tomaron en cuanto al trabajo de sus oficinas y que se anunciaron horas después de notificado al pueblo la situación en la que nos encontramos, la empresa está haciendo otros ajustes”, dice.

¿Serán esos ajustes para mejorar las redes o bajar los precios? “No, para nada. Y menos ahora en medio de esta situación”, manifiesta el ingeniero que prefiere el anonimato.

 


 

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