Cuba denuncia pérdidas por más de 400 millones de dólares en la agricultura

Cuba denunció pérdidas por más de 400 millones de dólares en la agricultura en un año durante la intervención de Gustavo Rodríguez, Ministro cubano de la Agricultura, ante la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Rodríguez sin embargo, estuvo al parecer por debajo de lo que realmente se perdió en Cuba en el campo, ya que esa cifra, 413 millones 793 mil dólares, tiene “nombres y apellidos”: el embargo.

El funcionario oficialista dijo que entre abril de 2017 y marzo de 2018, “el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba causó pérdidas” por ese monto en el sector agrícola, aunque lógicamente no enumeró varios de los muchos proyectos que duermen en alguna gaveta ministerial esperando por “una firma”, tal y como sucede con el caso de los famosos tractores agrícolas Klever, a cuyo dueño no le han dejado invertir en la isla porque… ¡es un emigrado cubano! Mientras, el Ministerio de Agricultura en la isla, continúa lidiando con tractores viejos y remendados.

Prensa Latina, al hacerse eco de las palabras de Rodríguez, dijo que el país tiene la voluntad para “proseguir con el subsidio a una inmensa cantidad de alimentos, que garantizan la canasta básica normada a amplios sectores de la población.” El funcionario expresó que con el dinero “del daño” Cuba podría haberlo utilizado en “la reinversión en infraestructuras que redunden en la seguridad alimentaria”.

De acuerdo con sus palabras, que fueron recogidas por el diario oficialista Granma, el país tiene elaborado unos proyectos “que comprenden la mejoría de oportunidades en el campo, un incentivo mayor a quienes trabajen la tierra, el fortalecimiento de los programas de la agricultura urbana y el autoabastecimiento municipal, a partir de la liberación de las fuerzas productivas.”

Cuba recientemente reconoció de la voz del segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que las malas condiciones de trabajo, bajos salarios, tierras en mal estado, falta de recursos y la falta de fuerza joven laboral activa han contribuido a que el 67% de la tierra agrícola en el país no tiene buen rendimiento, como consecuencia de la falta de fertilizantes o pesticidas para que la producción sea favorable.

Rodríguez no reconoció los miles de impedimentos y trabas burocráticas que han convertido la entrega de tierras ociosas a cientos de agricultores en un verdadero enredo inexplicable sin pies ni cabeza; ni tampoco dijo que fue recientemente y a modo de experimento – aunque ya no es tan experimental – que se le permitió a los campesinos la venta directa de los productos cosechados, a organismos y empresas del Estado.

Todas estas causas justificarían que en un país no tan urbanizado, y lleno de tierras ociosas, solo aporten el 3,6% al Producto Interno Bruto de Cuba.