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Cuba

Crítico y periodista cubano se queja fuertemente de la tienda “Galerías de Paseo”

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Joel del Río, periodista y crítico de arte, además de profesor en la Facultad de Medios Audivisuales y la Escuela Internacional de Cine y Televisión, criticó duramente una de las tiendas “insignes” dentro de las miles de tiendas en la gran red de tiendas de La Habana, y por qué no, de todo el país.

En un artículo publicado en la web Cibercuba, del Río desmenuza, cual si fuera un complejo filme del realizador hindú Manoj Nelliyattu “M. Night” Shyamalan, todos y cada uno de los “espacios” dentro de la trama de Galerías Paseo. Locales, paredes, neveras, cajas registradoras y cajeras. Nada escapó al agudo ojo de un crítico cinematográfico como Joel que, antes de crítico, es un ser humano; un cubano viviendo en una isla golpeada por una crisis económica.

¿Qué dijo Joel de la que en su tiempo fuese considerada una de las mejores tiendas de Cuba? ¿De qué manera puede del Río entender “el proceso de compra-venta” dentro de Galerías Paseo? Él mismo lo explica: parece una zona de desastre.

El problema no es nuevo parece. Al menos en la red social de Facebook encontramos imágenes que avalan que, antes de que Del Río estuviese este mes de mayo por tan ilustre tienda capitalina, otros ya habían hecho referencia al “mal estado” del lugar.

Ahora, Joel, primero critica “el estado de depauperación de estos almacenes,” que contrasta, según su criterio, con el glamour de la tienda.

Del Río explica que el Mercado de Galerías Paseo “es uno de los pocos espacios habaneros donde todavía sacan, con cierta regularidad, estuches de nailon con pollo, muslos y contra muslos, y a veces incluso pechuga“. Hasta ahí, nada predice que haya algún problema.

Sin embargo, el destacado periodista y crítico, colaborador además en Cibercuba, asegura que “para comprarlos, se forma una cola de horas al fondo” que está cerrada “herméticamente y sin aire acondicionado.”

Y continúa explicando:

Pero el calor y las molestias de la espera son similares a las de cualquier otro mercado grande, como Tercera y 70 o el Centro Comercial de Carlos III. Lo que agrava la incomodidad en Galerías Paseo es que los estrechos pasillos están repletos de estibas de mercancía, y los vendedores, subidos en escaleras, también dificultan el paso cuando colocan, durante horas, las mismas mercancías en los anaqueles.

“A tales inconvenientes se añade el estado lamentable de la instalación, que pareciera estar inmersa en una reestructuración invisible o lentísima. Las numerosas neveras horizontales, que se agrupan al fondo del mercado, están completamente vacías, sucias, a veces malolientes y con los productos rotos o con deficiente refrigeración.

“Varios de los refrigeradores verticales ya no tienen paredes laterales, de modo que por ejemplo el yogurt pierde frío, o hay que meterse prácticamente dentro del aparato para buscar dónde decidieron ponerlo los vendedores. Además, no todos los productos se pagan en todas las cajas, y los dependientes suponen que el público tiene que conocer esa información.

“Para colmo, a la salida, hay solo dos cajas trabajando, y cuando una cajera tiene que ir al baño, o a almorzar, “porque es un ser humano”, una sola caja funciona para decenas, centenares de clientes ansiosos.

“Los pisos y techos del Mercado, en Galerías Paseo, se suman al ambiente deprimente del conjunto. Faltan muchísimas lozas y placas del falso techo, de modo que cuelga la cablería entre los huecos cual si se tratara de guirnaldas navideñas oscuras y peligrosas.

“Así, la tienda adquiere, en general, un aspecto parecido al de las zonas de desastre, después que pasó un ciclón, y si los clientes pueden comprender las razones del desabastecimiento, nunca debieran admitir los argumentos del abandono, la chapucería, el mal trato y la desidia.

¿Responderá la Gerencia de Galerías Paseo a su escrito?

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