Crean página en Facebook del #MeTooCubano

Las recientes denuncias de Dianelys Alfonso, “La Diosa de Cuba“, con relación a los abusos sufridos a manos del Premio Nacional de la Música 2017, José Luis Cortés; y la que anunciara la actriz, dramaturga y escritora cubana Violeta Rodríguez Chaviano – hija de la escritora cubana Daína Chaviano y del cantautor cubano Silvio Rodríguez – en contra de un “poderoso” del cual no reveló nombre, han motivado el espíritu de denuncia entre las personas que luchan por la equidad entre  el hombre y la mujer, y abogan por poner fin a la llamada violencia de género. Uno de esos activistas ha creado una página en Facebook, a la cual han puesto el nombre de #MeTooCubano.

Como slogan anuncian que la página “ha sido creada para apoyar a las mujeres cubanas que han sido abusadas por hombres poderosos y que nunca obtuvieron justicia“.

La excelente iniciativa supone un paso adelante en un momento en el que las denuncias que realizara “La Diosa” en el programa de streaming Hola Ota-Ola, se han convertido no solo en virales, sino además en polémicas, toda vez que involucra a uno de los músicos más conocidos de la isla, a quien no pocos definen como el verdadero creador de la timba cubana, el ya mencionado “Toscos”, pero de quien siempre se han tenido criterios muy polémicos en cuanto a la letra de sus canciones.

El tema de “La Bruja“, creado por Cortés y popularizado por su orquesta NG La Banda en el año 1994, fue desde su surgimiento, un verdadero escándalo y la polémica en cuanto a si debió ser censurado o no, recorrió toda la isla dada la letra, evidentemente peyorativa en el trato hacia una mujer.

Sin embargo, contradictoriamente, si bien la sociedad cubana ha evolucionado hacia una mayor denuncia y activismo en favor de la mujer y contra la violencia de género, ha involucionado en la crítica de arte. Ello ha permitido que el género urbano, y muchas de sus soeces canciones – mucho más machistas que “La Bruja” – hayan ganado cierto espacio en el gusto popular, popularizando a todas luces un tratamiento mucho más peyorativo aún hacia la mujer. No solo en la lírica, sino en lo visual, lo cual parece deleznable. Que un “Macho Alfa poderoso” aparezca en un carro de lujo, con prendas y mucho dinero, y tres, cuatro, cinco y seis mujeres, todas en bikini, queden seducidas por el hombre, no deja muy bien parada la entereza de la mujer; y lo que es peor: le hace creer a todos que sí, que es así; que la mujer te pertenece porque sí, porque tienes dinero… o porque simplemente, eres macho.

La aclaración hecha supone más que nada exponer una carta más sobre la mesa para intentar explicarnos el por qué surge el #MeTooCubano. Evidentemente un movimiento más que necesario en la isla dadas las actuales circunstancias, y dado más que nada la entronización del machismo en una cultura latina patriarcal donde, el macho latino se supone no solo poderoso y seductor siempre, sino además con todo el derecho de abusar y violentar a una mujer. En este sentido, y cuando hablamos de “poderoso”, solo nos referimos a la autojerarquización que el inviduo masculino asume que tiene sobre la mujer.

La necesidad de buscar otros espacios para la denuncia y la ayuda de las mujeres abusadas y violentadas, es urgente. Tengamos en cuenta que, si bien muchas de estas organizaciones trabajan codo a codo y sin descanso a favor de la mujer, la no existencia de una ley que condene este tipo de delitos y que ofrezca ayuda y apoyo a las víctimas, contribuye a la impunidad del sujeto agresor; más si es una persona que ostenta cierto cargo o reconocimiento dentro de la sociedad, o relaciones de influencia entre los círculos de poder.

Es por ello que la página #MeTooCubano, pretende vulnerar estas y otras dificultades, tales como la ausencia de medios reconocidos legalmente que contribuyan a divulgar estas historias de violencia. En Cuba, todos los medios de comunicación pertenecen al estado.

Dadas las circunstancias cubanas, ¿dónde si no, que a través del democrático Facebook se podrían llevar a cabo estas buenas iniciativas?

¡Welcome – entonces – al #MeTooCubano!