Compay Segundo regresará en 3D a la gran pantalla

Los cubanos celebran que Compay Segundo tendrá una película y una serie sobre su vida

Cuando en el 2021 se cumplan 114 años del natalicio de Compay Segundo, uno de los más populares exponentes de la música cubana, el Instituto Latino de la Música lo celebrará con una película y una serie animada que contará la vida de Francisco Repilado.

Según el sitio digital Oncuba el producto audiovisual que saldrá en formato 3D será producido por Salvador Repilado, hijo de Compay y director de la agrupación que lleva su nombre, en conjunto con Daniel Martín, presidente del Instituto Latino de la Música. Asimismo, la serie constará de cinco capítulos con los momentos más importantes de la vida del también fundador del Buena Vista Social Club.

La noticia ha sido acogida con gran entusiasmo por los cubanos, sobre todo por aquellos cuya generación disfrutó “Chan Chan”, “Sarandonga” o “Macusa”, huellas indelebles de la afición del intérprete por el son y de su talento para hacerlo siempre lucir.

Para Margarita Espinosa, anciana de 73 años, “es una alegría enorme que sus nietos e hijos puedan disfrutar de la vida del gran Compay, al menos desde el televisor. Desgraciadamente es de los músicos a los que la juventud de hoy no escucha, ni imita. Casi que lo conocen más los extranjeros cuando vienen a la isla y las bandas tocan sus canciones en los restaurantes y espacios turísticos. La mediocridad ha plagado todos los escenarios y es bueno siempre rescatar lo que vale”.

“De Alto Cedro voy para Marcané, llego a Cueto voy para Mayarí”, tararea Alba Ruano, habanera. “Lo que más me gustaba a mí de Compay es que nunca se sintió viejo. Tuve la oportunidad de coincidir con él unas veces en Pinar del Río y otras allá en Siboney, su pueblo natal en Santiago de Cuba. Siempre decía que la muerte iba tener que apurarse si lo quería agarrar y que a su edad aún no había perdido el encanto para las mujeres. Era un cascabel. Merece ser recordado. No existe mejor forma de contar la historia que trayéndola en colores”.

Anicia Suárez rememora que tenía unos seis años cuando su padre la llevó a verlo a una gala a la que también iba a asistir Pablo Milanés. “Compay lo mismo tocaba la guitarra que la armónica, y, por supuesto cantaba sonriendo, eso lo he visto hacer yo pocas veces. Aunque me decidí años después, no dudo que mi experiencia ante él y la afición de mi familia por su repertorio haya influido en que me decantara por la música como profesión”.

Por su parte, Nicolás Mendieta habla con un poco de tristeza del mulato sonriente que sostenía con la misma facilidad el puro que la guitarra. “Si van a hacer una serie o una película seguramente siempre saldrá ya envejecido. Empezó a ejercer como músico profesional muy viejo. Aunque para él nunca fue tarde. Esta gente del gobierno no le hizo las cosas fáciles, aunque después no les quedó más remedio que aceptarlo como lo que fue, un maestro. Él sufrió el látigo de los años 60 y 70 que no fueron fáciles. Cuentan que cuando aquello se desvinculó completamente de la música y lo mandaron a China a sembrar arroz. Épocas difíciles que solo pudo superar él, entrando más tarde al baile, pero robándose el show”.

Lucía Jerez