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Cuba

¿Cómo conseguir chucherías para los niños en Cuba?

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Texto y foto: Vladia Rosa García

Los padres cubanos recorren quioscos estatales y privados en busca de chucherías para sus hijos

Las golosinas o chucherías para los niños desaparecen de las estanterías de las tiendas en Cuba por largas temporadas y cada vez la variedad es menor.

Por más que busques en los comercios estatales no hallarás ni caramelos, ni caramelos con palos (variedades de la marca Chupa Chups que en la isla se le llaman chupa chupa a todos por igual), ni gomas de mascar. Solo tabletas de chocolate de 3.50 CUC en adelante, y bombones de 12 CUC.

Yanelis quiere celebrarle el cumpleaños a su hija. Ya tiene algo: mandó a hacer el cake con una vecina, compró los refrescos e incluso encargó una tina de helado. Pero todavía le faltan las chucherías. “No encuentro por ninguna parte; los vendedores en la calle solo tienen galletitas de soda a 40 CUP. Antes veías caramelos a cualquier precio, desde cinco centavos hasta 25. Ahora no hay en ningún lado. Ni una piñata podré”, comenta.

Actualmente, los principales proveedores de golosinas son las personas que viajan a otros países o que reciben mercancías regularmente. Esto propicia que las casas de regalo o de artículos de cumpleaños, negocios relativamente nuevos, casi siempre brinden la oferta completa que contempla decoración y dulces.

“Fui a ver los precios y qué va, están muy duros. 20 CUC el paquete de caramelos. Eso es una estafa”, reclama una señora que busca para regalarle a su nieta. “Por otro lado, están los chupa chupa pequeños a 5 CUP cada uno y los que tienen chicle y son un poco más grande, al doble. Los sobres de cuatro galletas dulces están a 10 CUP (0.50 CUC), cuando antes costaban 0.10 CUC que equivale a dos CUP”, asegura.

Los pequeños se quejan de no tener algo rico para comer o disfrutar. “Los niños son amantes de esas cosas, es un incentivo para ellos o un regalo y pasas demasiado trabajo para conseguirlos”, explica una madre a la salida de un quiosco donde tampoco obtuvo lo que buscaba.

Uno de los sitios en los cuales se consumía mucho este tipo de alimentos era en los zoológicos y parques de atracciones. “El fin de semana llevamos al niño al Zoológico de 26 y solo había pellys y africanas. Ni huevitos, ni panetelitas, ni bombones que nunca faltaban”, admite Rosa.

En estos lugares, el Estado les daba la posibilidad a los padres de que por un costo mínimo consiguieran cantidades. “Mi salario es en moneda nacional, es imposible destinar un por ciento en eso, todo está muy caro. A veces me da pena con mi hijo que me pide las cosas y no puedo dárselas”, declara una madre soltera.

Idania, quien dice ir todos los meses al Parque Lenin, se sorprendió la semana pasada cuando para los menores en las cafeterías nada más había refresco, pan y tabletas de chocolate. “En ocasiones anteriores la variedad había mermado, pero no tanto. ¿Cómo puede ser posible que un espacio recreativo infantil no tenga golosinas?”.

En la actualidad ni siquiera se están comercializando los populares caramelos marca Chico, de producción nacional. “Eso lo vendían donde quiera a peso. Duros y de sabores muy artificiales, pero bueno. En la cafetería de la escuela no faltaban. Hace rato no veo”, aclara Miguel estudiante de la Universidad de La Habana.

Durante julio del presente año el diario Granma anunciaba “al fin” la construcción de una empresa mixta de confituras en Villa Clara a cargo del grupo eslovaco Proxenta. Sin embargo, su producción no comenzará hasta el último trimestre de 2020. Quizás, para ese entonces, a los menores hasta se les haya olvidado el sabor de las golosinas.

 


 

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