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Luis Alberto Pérez Olivares, director de Servicios Comunales en la provincia de Ciego de Ávila, confirmó al diario Invasor que la provincia ya cuenta con un servicio necrológico de cremación, aunque este “llegó” un quinquenio después de lo previsto. El funcionario precisó detalles en relación con este servicio, cada vez más solicitado entre los familiares de las personas fallecidas.

Aun en Cuba este servicio adolece de una cabal comprensión por parte de sus ciudadanos, apegados todos a la tradición del enterramiento.

Sin embargo, se trata de un servicio que se ofrece en el mundo entero y en Cuba, ya tiene sus lugares donde todo aquel que desee incinerar los restos de sus familiares queridos, puede hacerlo. Este de Ciego de Avila, dijo el funcionario, ofrecerá servicio a los residentes en la vecina provincia de Sancti Spiritus, que adolecen de un incinerador.

El centro, explicaron al diario avileño, ofrecerá servicio las 24 horas del día, “con capacidad para atender hasta seis solicitudes cada día”. El funcionario aclaró que el proceso de cremación puede durar “hasta tres horas”. Por este, y por el ánfora para depositar las cenizas, los interesados deberán abonar el importe de 340 pesos moneda nacional.

El funcionario precisó que con la apertura del incinerador en la provincia avileña, aquellas personas que deseaban hacer cumplir la última voluntad del fallecido de que sus restos fuesen cremados no tendrán que trasladar más los cuerpos hacia la vecina Villa Clara o Camagüey.

Con respecto a “la última voluntad”, el funcionario señaló que este es un requisito indispensable a la hora de solicitar el servicio.

“(…) el proceder necrológico podrá solicitarse en las funerarias de cada municipio, pero para incinerar al fallecido será preciso presentar el acto de última voluntad del occiso, o la petición expresa del familiar, quien mostrará su carné de identidad y el del difunto, así como un certificado de Medicina Legal que autorice la cremación,” explicó Pérez Olivares.

El diario avileño precisa que el montaje de los equipos incineradores, “corrió a cargo de los especialistas de la Empresa de Calderas Alastor,” con el asesoramiento de técnicos de la empresa española Kalfrisa.

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