Cine y TV
César Évora salió de Cuba a triunfar con solo 42 dólares en sus bolsillos
César Évora, uno de los pocos actores que puede darse el lujo de decir que fue galán de las telenovelas cubanas y galán también de las telenovelas mexicanas, marchó de Cuba hacia el extranjero con apenas $42 dólares en sus bolsillos, según refleja el portal Cubalite.
Évora, convertido ahora en todo un “papacito” o “papazote”, como dicen en México se graduó en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte en el año 1986.
Su agraciado físico y talento más que nada le abrieron las puertas enseguida en un país que, por esos años realizaba varios audiovisuales por año y por ello su rostro se fue haciendo habitual en las pantallas, tanto del cine como de la televisión.
Évora encarnó personajes “similares” en La Bella del Alhambra, y Un hombre de éxito, aunque su verdadero “explote” fue su papel de agente de la seguridad del estado en la popular serie “Su Propia Guerra”, en la cual compartió protagónico con Albertico Pujol.
El actor recientemente dijo que su voz y su léxico, tan aclamado y esperado tras las pantallas en Cuba, fue un problema a su llegada al “extranjero”.
“Cuando llego a Estados Unidos y me ven, a primera vista no me dicen nada, pero cuando escuchan que hablo y que tengo un acento muy cubano, cuando escuchan cómo hablo, me comienzan a hacer gestos o simplemente comentarios nefastos por el hecho de ser latino”, dijo Évora.
Cuenta que salió de Cuba, gracias a la ayuda de unos amigos, con solo 42 dólares en el bolsillo. Además de eso, bien poco, contaba con un impresionante curriculum y unas inmensas ganas de trabajar.
En México, la compañía mexicana Televisa enseguida le abrió las puertas. Su sólida formación actoral y el charming que siempre le han acompañado, obligaron incluso a guionistas a adecuar papeles para él. Los productores mexicanos comenzaron a solicitar a Évora, y los rodajes se sucedieron uno detrás del otro. Laberintos de pasión, Cañaveral de pasiones, El manantial, Abrázame muy fuerte, El privilegio de amar, Entre el amor y el odio, La madrastra…
Aunque Évora siempre fue “un villano en las pantallas” – o casi siempre – quienes le conocen aseguran que es una persona extremadamente encantadora.
Es más que nada, un cubano de la C a la O. Amigo de sus amigos y un orgullo cubano de las artes escénicas.