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Campesino cubano denuncia al “Estado”; le deben $539 mil pesos desde el año pasado
No es la primera ocasión que las páginas del diario oficialista cubano Juventud Rebelde “denuncia” casos similares al de Rafael Leyva Ramírez. De hecho, la columna Acuse de Recibo está llena de ejemplos como el de Rafael. Con el Estado cubano “emplazado” por mala paga.
Tanto el gestor de la columna, Pepe Alejandro, como sus miles de lectores y nosotros, desde nuestro blog de Cubacomenta nos hemos hecho la misma pregunta que Pepe se hace al hablar sobre el caso de Rafael. A fin de cuentas a uno le queda solo preguntarse lo que es evidente; que esto volverá a suceder. Y posiblemente muy pronto.
Posiblemente también esté sucediendo ahora mismo en la misma provincia o en otra provincia del país, lo que le sucede a Rafael Leyva Ramírez.
El quejoso es residente en Calle 7 no. 24, entre Paquito González y Mayarí, Mella, Santiago de Cuba. Es un usufructuario de tierra y productor de carne de cerdo al cual, el Estado cubano le debe la friolera de 539 960,78 pesos. Sí, casi 540 mil pesos.
Dividos “al cambio actual” serían “casi” unos 21 mil 600 CUC´s. Una cifra bien respetable, y obtenida a base de esfuerzo y sacrificio. No del robo. Sin embargo, Rafael se queja de que “el Estado” le está dando evasivas con su pago.
Desde el año 2018 “el Estado” se encuentra en deudas con Rafael. Armado de una paciencia increíble este hombre ha esperado y esperado; ha escuchado respuestas y promesas. Cansado, decidió acudir a la Columna de Pepe Alejandro con la certeza de que allí y tal como estamos acostumbrados quienes leemos esta columna desde hace mucho más tiempo del que “el Estado” le debe los 539 mil pesos a Rafael, su cuita tendrá respuesta. Es aquí, en este pedacito de periódico con alcance nacional, donde miles de cubanos han visto resueltos sus problemas con “El Estado”.
Llámese Vivienda, Comunicaciones, Empresa Eléctrica, Ministerio de Transporte… en la columna de Pepe, es donde los culpables – una vez emplazados y vistos como sus nombres y cargos caen en la picota pública – suelen venir a pedir disculpas y a resolver problemas que se antojaban eternos.
Si bien el de Rafael no es tan viejo, no deja de ser preocupante; y por demás justo. El hombre quiere que “El Estado” al cual él sin reservas vendió el fruto de su trabajo, le pague.
“Cada vez que llega a esta sección la denuncia de un campesino que ha vendido el fruto de su trabajo al Estado, y pasan los meses sin que se le pague, uno se pregunta hasta cuándo les permitirán a esos funcionarios que siembren la desconfianza y el desestímulo en los productores de nuestros campos,” comienza diciendo Pepe, y el dolor traspasa las letras para llegar al corazón de quienes le leen.
La historia de Rafael es sencilla: vendió 318 cabezas de cerdo (preceba) a la Empresa Porcina, por el importe mencionado.
En lugar de “el cheque”, Rafael ha recibido “orientaciones”. Abrirse una cuenta, recibir solo la mitad del dinero,… el hombre hizo todo, pero cuando vio que el dinero no llegaba, regresó a conciliar y fue ahí cuando se enteró que a la Empresa Porcina – deudora – ¡le habían cancelado la cuenta en el banco por impagos! Es decir, que no le pagarían ni aunque quisiesen.
“¿Cuánto tiempo tiene la Empresa de Porcino para pagar cuando compra”, se pregunta con toda la justicia del mundo mundial.
“¿Acaso ellos no saben que se necesita dinero para comida, ropa, pagar el fluido eléctrico y las medicinas, o piensan que el que trabaja no necesita su pago?”, expresa.
“Tengo una hija becada en Santiago que necesita dinero para sus gastos, pero además ese convenio es familiar: están uno de mis hermanos y mi hijo mayor. La crianza porcina es el sustento de mi familia, he sido productor de carne de cerdo por muchos años y ahora no he podido comenzar otro convenio porque necesito el dinero”, concluye el hombre su misiva, esperando que se abran los cielos y un halo de luz decienda a iluminar esas mentes y propósitos.
O sea, que le paguen, que es lo que él quiere. Y exige.
Roberto A.