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Cambiaron de identidad tras cometer sendos asesinatos
Cambiaron de identidad y dejaron de ser asesinos. Dos historias que se las traen.
Dos de esas historias tremendas llegan a la mesa de redacción de Cubacomenta. Dos mujeres, que cometieron asesinatos, cambiaron de identidad – una de modo distinto que la otra – se regeneraron, y ahora son “otras personas”. Un hombre, también ha hecho lo mismo: se ha cambiado su identidad.
¿Complejo de entender? Ni tanto, pero les explico.
Una de esas historias espeluznantes es la de Juliet Hulme, quien ahora, tras cambiarse de identidad se llama Anne Perry y es una exitosa escritora de crímenes.
A los 15 años, Juliet ya estaba enamorada de su amiga Pauline Parker. El amor era imposible, debido al rechazo de la madre de Parker, así que Juliet la ayudó a liberarse de esa pesada carga, y la mató a golpes, destrozándole entre ambas, la cabeza con un ladrillo.
Fue condenada a tan solo 5 años de cárcel, pero se les exigió “no verse nunca más en la vida.”
Juliet, años después de eso fue “encontrada” por un periodista. Este había fracasado buscándola por su nombre de pila, pero la encontró convertida en la escritora Anne Perry.
Como “Anne” tenía ya un enorme éxito literario con sus novelas. Y tanto ella como Pauline, hicieron lo mismo. Cambiaron sus identidades.
Juliet salió de la cárcel a los 21 años y se fue de Nueva Zelanda a Roma. Allí vivía su padre.
De Italia se fue a Gran Bretaña; luego a Estados Unidos y de ahí a Canadá. Trabajó de azafata y como agente de seguros. Tuvo varios novios aunque a ninguno le confesó quién era ella realmente.
En 1968, se unió a la comunidad de los mormones y se fue a vivir a Portmahomack (Escocia) bajo una nueva identidad: Anne Perry. Perry era el apellido de su padrastro.
En Escocia, oculto ya su verdadero pasado y con nombre nuevo, Anne Perry se convirtió en escritora y ganó varios premios con el éxitos de sus libros policiales . De hecho, ya a partir de 1979 se convirtió en una famosa escritora de novela negra. Sus libros sobre asesinatos, historias de detectives y misterios fueron un éxito.
Ganó varios premios literarios: Mejor novela, Premio Agatha, en 1990; Premio Edgard al Mejor relato, en el año 2000; Mejor relato corto también de Agatha, en 2002; premio RT Reviewers Choice, en 2004; Premio de Honor Aragón Negro en 2015… y todo iba bien hasta que en 1994, una película, con Kate Winslet – por entonces una desconocida – como protagonista hizo reflotar el atroz asesinato cometido por Juliet y Pauline.
La película se llamó Criaturas Celestiales. Tuvo una excelente crítica y consiguió ser nominada al Oscar como mejor guión original.
Fue entonces cuando los reporteros comenzaron a revolver el pasado para hallar a las protagonistas de la historia real que narraba el filme, y descubrieron que la verdadera identidad de Anne Perry era Juliet Hulme, la asesina. La editorial tuvo que admitir que sí, que Juliet era efectivamente Anne Perry, y el escándalo estalló.
Desde entonces, no ha tenido sosiego ella con la prensa, que insiste en recordarle su pasado, lo cual indudablemente – aunque ella dice que le afecta en las ventas – le ayuda con la publicidad, pues tanto morbo acrecenta el interés por sus libros y sus personajes en los libros.
“Regina” un asesino serial
Un asesino serial “cambió de sexo tras su liberación” y ahora lleva una nueva vida identidad, como “Regina”
Su verdadero nombre es Reginald Arthurell y vive en el oeste de Sydney, pero ahora se llama “Regina Kaye”.
Lleva una nueva vida, y como mujer ahora, tras ser liberado de la prisión.
Ahora, con 74 años, ha sido visto vestido con una serie de pelucas de mujer posando para la cámara. Fue puesto en libertad condicional en noviembre pasado después de cumplir 24 años de prisión por matar a golpes a Venet Mulhall, entonces su prometida, en 1997 con un trozo de madera.
Antes de asesinarla en el 1997, había cometido ya dos asesinatos por “homicidio involuntario”. Con 28 años había matado a su padrastro, Thomas Thornton, de 49, con un cuchillo de trinchar y luego se dio a la fuga.
Se metió a trabajar en el rodeo, y conoció a un hombre. Juntos, en 1981 robaron y mataron al marinero de 19 años, Ross Browning. Lo mutilaron y arrojaron a unos matorrales.
Ambos hombres se declararon culpables de cargos reducidos de homicidio y salieron pronto de la prisión.
Demasiado pronto.
Estando en la cárcel, Reginald Arthurell, comenzó a recibir cartas de la Sra. Mulhall en 1986, cuando cumplía condena en el Centro Correccional de Darwin por el asesinato de Browning.
Mulhall comenzó a visitarlo en la prisión. Fue bautizado y la convenció a ella, y a las autoridades, de que había encontrado a Dios y que se había reformado.
En abril de 1991 fue puesto al cuidado de su nueva prometida, y estando en libertad condicional en febrero de 1997, la asesinó en una casa que Mulhall había comprado para forjar una nueva vida juntos.
Ahora, cumplirá su condena completa el próximo 24 de mayo, aunque todavía tendrá que usar una tobillera de seguimiento, y dicen que debido a su pasado criminal pudiera tener restricciones para cambiar su apariencia.
por Roberto A.