Aseo, o el verdadero valor de 20 CUC

Luego de dos madrugadas angustiantes, Sandra ha conocido el verdadero valor de 20 CUC y “lo exhibe”, orgullosa, vía chat de Facebook.

“Aquí tienes lo que conseguí con los 20 CUC que te dije. Detergente, desodorante, champú, acondicionador, pasta dental, dos paquetes de 125 g de detergente, dos de 450 g, dos jabones de lavar y 4 jabones de baño“, expresaba el mensaje que tenía en la computadora esperándome esta mañana.

“Hay dos jabones de más en la foto, porque mi amigo me los regaló“, aclaró esta colaboradora de Cubacomenta que parece -¡por fin!- contenta de haber resuelto el dilema del aseo personal al menos durante un mes. ¿O quizás más tiempo?

Conseguirlo le costó a Sandra dos madrugadas. La joven ni siquiera tuvo mucho tiempo para descansar porque esta mañana se disparó temprano hacia el agro de 17 y G, en el Vedado, donde le dijeron que sacarían carne de puerco a 50 pesos la libra.

Sus días, refiere, se resumen a eso. Se levanta temprano, a veces por la madrugada, para ir a hacer alguna cola. Hace la cola, compra o no y regresa a la casa alrededor de las 2 pm. Almuerza algo y “carga pilas”. Se levanta sobre las 5 pm o las 6 pm y se pone a cocinar.

“Mientras cocino, estudio, o hago algún trabajo o adelanto el que tengo, para ganarme los pesos”, me explicó hace aproximadamente dos meses.

Luego de cenar, se fuma un cigarro sentada en la acera mientras ve caer el sol. Más tarde regresa a la computadora y adelanta otro poco. A veces hasta las 12 de la noche o una de la mañana.

Hace meses que no sabe qué es una discoteca. Prefiere pensar que sea culpa de la pandemia, que todas estén cerradas, pero si uno calcula sus días, no parecería que tuviera tiempo.

Desde antier anda dándole vueltas en la cabeza a lo de hacerse un pasaporte. Un tío en el extranjero se ofreció a pagar el viaje al extranjero, al país que sea, mientras que no necesite VISA. Comenta que puede ser Rusia, donde vive un amigo del tío que le ofreció alojamiento. El tío dice que irá a verla.

Desde ya piensa qué va a llevar para vender y qué va a traer para vender también. No cree que se dedique al negocio de ser mula, y lo que quiere es -gracias al tío- relajar el stress que lleva por dentro.

Un mes, dos o tres meses, sin pensar en las colas, en la falta de CUC, en la falta de aceite o de pollo, o en la falta de aseo.

En su maleta, aseguraba días atrás, no faltarán al regreso los jabones y la pasta dental. No sabe cuándo el tío podrá volver a pagarle el pasaje, pero si le salen bien las cosas pudiera recuperar íntegro el dinero del pasaje y regresar a Moscú, cuando vuelva a estar estresada.

Cuando se sienta de nuevo la falta de CUC. De pesos cubanos. De dólares.

por Ariel P.

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