Animalistas continúan su labor en Cuba en medio de la pandemia

Pese a las regulaciones impuestas ante la pandemia, muchos animalistas en Cuba siguen en su labor de socorrer a las mascotas que deambulan

Mientras continúa en ascenso el número de contagiados en Cuba por coronavirus, y el gobierno de la isla toma medidas más fuertes de restricción, un grupo cada vez más extenso de animalistas diseminados por todo el país no cesa en su labor de darle ayuda y amparo a los animales que vagan por las calles en medio de la pandemia.

Un comunicado de Bienestar Animal Cuba (BAC) publicado este sábado en el muro de Facebook de Javier Larrea Formoso, uno de los activistas más reconocidos, anunció un “stop” en sus funciones producto de la amenaza que representa el nuevo virus, sin embargo, mucho de los protectores no han detenido su noble labor por estos días.

Ese es el caso de Yanelys Cabrera, una animalista y protectora independiente de La Habana, que se mantiene siempre brindando su ayuda a estos indefensos seres dondequiera que la necesiten.

“Nosotros los rescatistas por supuesto que estamos tomando todas las medidas orientadas para evitar la propagación de la enfermedad, pero a veces se presentan casos de perritos o gatos callejeros en nuestra comunidad que necesitan con urgencia atención médica o alimentación y no tenemos otra opción que salir a la calle a atenderlos, siempre cumpliendo las medidas de distanciamiento social y las higiénico-sanitarias orientadas”, le confiesa a Cubacomenta.

Yanelys, trabajadora por “cuenta propia” desde hace varios años, vende artesanías en una feria de la capital. Su pequeño negocio ha cerrado desde hace más de 15 días por las medidas restrictivas impuestas, pero aunque la economía también conspira contra sus labores de salvamento, no desmaya en su empeño.

“Una base económica es fundamental para poder trabajar en la recuperación, ayuda, o transportación de esos animales, incluso para poder pagar una operación en caso que lo requieran. Desgraciadamente es muy poco lo que podemos hacer sin algún sustento económico que nos facilite nuestro trabajo”, admite.

“La mayoría de las veces dependemos de las donaciones que nos puedan hacer, tanto personas, como organizaciones sin fines de lucro, aunque también a veces uno mismo puede solventar gran parte de cualquier situación que se presente”, dice mientras acaricia a Chaplin, uno de los tres canes que viven con ella, rescatado también de las calles.

Asegura que la gran mayoría de rescatistas y protectores existentes en nuestro país siguen con su tarea, aunque ahora están muy limitados por el cierre temporal de algunas clínicas veterinarias debido a la pandemia.

Otro problema es el incremento del abandono de mascotas que ha generado esta enfermedad, aunque reconoce que esto siempre ha existido “lo cual sigue siendo muy preocupante y más donde no hay leyes que puedan regularlo”

La protectora piensa que ahora “existe un gran temor por el problema de la alimentación, cosa que jamás es justificable para tomar tan brutal determinación de botar a estos animalitos a la calle” y cree que es posible que algunos, producto del desconocimiento y la ignorancia, puedan pensar que ellos sean portadores del virus, a pesar que la Organización Mundial de la Salud ha asegurado que eso no es posible.

Durante años ha ayudado a buscarles hogar a estos desamparados y aunque no es veterinaria de profesión, gracias a su experiencia, mucho de estos animales han encontrado el camino de la sanación por su certero trabajo profiláctico.
El resultado de su labor desinteresada se puede apreciar en las redes sociales, en las que otras personas han encontrado un espacio para colaborar juntos al respecto.

Antes de despedirnos, quiso mandar un mensaje a aquellos que tienen mascotas y las abandonan en estos duros momentos:

“Las mascotas son seres que también sienten y padecen. Ellos dependen en gran medida de nuestra atención y afecto. Tener una mascota no es algo obligatorio y cuando lo hacemos tenemos que asumir esa tremenda responsabilidad, al igual que hacemos con nuestros hijos y familiares. Seamos entonces seres más comprometidos y nobles, ellos nos necesitan”.

Mario Sandoval

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