“A río revuelto”, Vox pide dimisión de Sánchez e Iglesias

En medio de la crisis con el coronavirus que afronta España, la movida del partido Vox que pide la salida del poder de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no ayuda en nada a mejorar la crisis. Es más, es una cortina de humo; un movimiento peligroso que puede funcionar en algunos, pero en otros… no está claro. ¿O sí debería estar claro?

Para nadie es un secreto que España falló en el manejo de la crisis del COVID-19, y que sin dudas Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tendrán mucho que aclarar más adelante pero, ¿necesita España ahora un cambio trascendental en su gobierno? ¿Por qué es VOX quien lo pide? ¿Qué ha hecho Santiago Abascal en concreto para apoyar la lucha contra el COVID-19 en España? Ni siquiera – dirán muchos – sus parlamentarios, ni él, se han quitado un 1% de su sueldo.

El líder de la derecha radical, eso sí, acusó al presidente y al vicepresidente de “haber ocultado la peligrosidad del virus”.

“No han estado a la altura”, dijo, y es verdad, pero que “suponen una amenaza para la libertad, la vida y la economía”, parece muy “provechoso” para los intereses políticos de VOX.

Bajo el slogan de “Protejamos España”, Abascal se flanqueó de un doctor – Steegmann, diputado de Vox-, para decir que, de haber sido escuchados, “las morgues y los mortuorios no se habrían colapsado”.

“Ya han muerto más de 8.000 compatriotas”, lamentó el político vasco, y se refirió a “diversas fuentes y documentos públicos” que “acreditan” ese ánimo del Gobierno de “esconder la realidad a los españoles”.

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En serio, ¿podría ahora VOX a solucionar la crisis con este llamado a un “Gobierno de Emergencia? No está claro, no ahora.

“Hasta ahora el señor Sánchez y el señor Iglesias solo han tratado de protegerse a ellos mismos y es algo que entendemos y, por eso, les pedimos que se vayan a sus casas, con sus abogados, y que se preparen para defenderse ante los tribunales”, dijo Abascal muy oportunamente.

Que España falló en aspectos claves, como por ejemplo, permitir la manifestación del 8M, o en dejar salir y regresar por sus aeropuertos a cientos de españoles a Italia a ver el partido entre el Valencia y el Atalanta perteneciente a la UEFA Champions League es un hecho demostrado. Es más: España conocía de cómo iban las cosas en China con el COVID-19; conocía del aislamiento social, pero así y todo, confió en su sistema de salud, uno de los mejores del mundo – no por gusto ocupa un puesto en el Top 5 de países con mayor longevidad – pero igual hubiese sucedido con el gobierno que sea. Lo estamos viendo en el mundo entero: le está sucediendo a EE.UU., a Alemania, a Francia. El COVID-19 no entiende de partidos políticos ni de ideología de derecha o izquierda, y no está claro como la cepa del coronavirus pueda ser derrotada por un cambio gubernamental “de emergencia” en España, aunque estas medidas que propone VOX a muchos les parezcan bien.

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No es el caso de China, donde se ocultó información vital sobre la pandemia, no hay signos – a no ser los dislates propios que cualquier gobierno comete cuando no se tienen elementos ante una crisis nueva – de que conscientemente Sánchez e Iglesias lo hayan hecho mal, a no ser la irresponsabilidad del segundo en días pasados de violar la cuarentena, aunque el líder de VOX así lo cree.

“Despreciaron las advertencias de los expertos y creyeron a quienes minimizaban la amenaza”, señaló y luego lanzó una peligrosa comparación:

“Es muy parecido a lo que hizo el Gobierno chino, que tomó represalias contra quien avisó de la pandemia”.

Lo que propone VOX, ahora, es sumar crisis a la crisis. Al menos este redactor lo ve así. Salgamos primero del problema, que puede solucionarse, luego veremos “el cambio de gobierno”, porque en la democracia de España la gente vota, y ahora mismo nadie puede salir a votar.

Un anciano diría que “a río revuelto, ganancia de pescadores”; tal vez esa sabia sentencia aplique ahora a Abascal y a Vox, que repito, en concreto, de su bolsillo, no han puesto un centavo para comprar mascarillas.

por Roberto A.

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