Bruno Rodríguez “preocupado” por la familia cubana dividida

El canciller Bruno Rodríguez parece muy preocupado por la familia cubana “dividida”. En realidad está preocupado por los dólares del exilio; no nos dejemos engañar.

Para decenas de miles de cubanos emigrados y esparcidos por el mundo entero en la llamada “diáspora” si algo está claro desde hace ya decenas de años es que al gobierno caribeño no le interesa la familia cubana. No la familia cubana dividida y fragmentada por el exilio político y económico. Eso sí, desde hace ya un buen tiempo le interesan “los dólares” que esta familia cubana partida en dos puede aportarle a sus arcas.

Ejemplos hay miles. Aunque ya no existan, es conveniente recordar que durante años, las llamadas tarjeta blanca y la Carta de Invitación constituyeron triquiñuelas del Estado cubano mediante las cuales, el país, se agenciaba no pocos miles de dólares. La costosísima y obligatoria prórroga al pasaporte, cada dos años, y el carísimo pasaporte válido solo por 8, es otra limitante que tiene a no pocas familias cubanas divididas.

El Estado cubano ha sancionado a cientos de cubanos a no poder salir de Cuba o no poder entrar a Cuba, algunos de manera definitoria como es el caso de la conocida cantante Celia Cruz, que murió resignada de no poder volver a pisar el suelo que la vio nacer. O como el caso de la deportista cubana de atletismo, Bertha Díaz , que salió de Cuba en el año 1961 y más nunca pudo volver a poner un pie en la isla, no se sabe ni por qué, ni quién se lo prohibió.

Bertha, llamada en su momento “la gacela de Cuba”, primera atleta de la isla en competir en unos Juegos Olímpicos cuando participó en solitario en la ciudad australiana de Melbourne en 1956, murió en Miami a la edad de 86 años en noviembre de 2019 y aunque fue seleccionada en 14 ocasiones la mejor atleta cubana en campo y pista y durante 12 años, y fue recordista mundial, como cubana, en 80 con vallas, con una larga y exitosa carrera deportiva, que se resume en 258 medallas de oro, 16 títulos en el campeonato nacional José ‘Pepe’ Barrientos, murió sin poder volver a ver a su hija, a la cual dejó en Cuba, y a la cual el gobierno cubano jamás dejó salir tampoco.

Miles de médicos cubanos se han visto obligados a permanecer sin poder regresar a la isla en ocho años tras “desertar” de sus misiones. El regreso, tras 8 años de sanción, separados de sus padres, esposas e hijos, es incluso condicionado a la actitud que mantengan en el exilio. Muchos posts de crítica contra el gobierno, en Facebook, pueden propiciar que esos 8 años se conviertan en diez o incluso en 15.

Sin embargo, ahora que la pandemia del coronavirus ha impactado de manera tan desastrosa en la economía mundial, y en la de Cuba, lógicamente, aparece el ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez “seriamente preocupado” por las medidas que ha tomado el gobierno de EE.UU. hacia Cuba; medidas que sin dudas arrecian el embargo económico, pero que a Bruno se le antojan como preocupantes e injustas porque separan a la familia cubana.

Bruno dijo que tales disposiciones de la Casa Blanca impiden el contacto entre familias de ambas naciones y restringen sus derechos, un reclamo que por supuesto no extendió al Comité Central del Partido, a Inmigración, el Ministerio del Interior y la Seguridad del Estado cubanos, artífices directos de no pocas medidas que tienen divididas hace más de 60 años a cientos de miles de familias cubanas.

por Ariel P.

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