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Los miles de inmigrantes, en su mayoría hondureños, que forman parte de la llamada “Caravana de Inmigrantes” que desde hace varios días vienen cruzando varios territorios centroamericanos en su largo camino hacia los Estados Unidos, se detuvieron esta mañana en frente a una cerca fronteriza. Sin embargo, la espera no demoró mucho. Los inmigrantes rompieron la cerca y continuaron su marcha sin esperar por el “autorizo” de las autoridades mexicanas.

La enorme caravana de migrantes hondureños, muchos de ellos con niños a cuestas, se congregó a todo lo largo del fangoso río Suchiate, y después de un impass que más que nada les sirvió como descanso a sus agotadas piernas, emprendieron la marcha no sin antes derribar la valla fronteriza.

A pesar del acto claro violatorio de la seguridad de un país, las autoridades mexicanas no tomaron represalias algunas contra los miles de caminantes que agitando banderas hondureñas y llevando paraguas para protegerse del sol, mantienen firme su propósito de llegar a territorio norteamericano, a pesar de las advertencias pronunciadas por el presidente norteamericano Donald Trump quien dijo enviaría a la Guardia Nacional a proteger su espacio fronterizo con México.

“De una forma u otra, pasaremos”, gritaban mientras entonaban sus cánticos los migrantes.

“No somos contrabandistas, somos inmigrantes!”, gritaban cientos de ellos, pero el temor creciente en los Estados Unidos y la fátidica vinculación entre la criminalidad y la inmigración ilegal ha puesto una señal de alarma entre los norteamericanos. Especialmente cuando se mencionan dos países: Honduras y El Salvador, donde el grupo criminal de los llamados “Mara Salvatruchas” ejerce su mayor poderío.

Si bien es cierto que detrás de toda esa gran masa de inmigrantes existen cientos y miles de buenos propósitos, el modo en que pretenden lograrlo ha exacerbado los sentimientos anti-inmigrantes en muchos que, incluso en el pasado, fueron inmigrantes, hijo de inmigrantes, y también llegaron a este país cruzando fronteras, rompiendo cercas y violando las leyes.

Según testimonios de personas presentes en el lugar, varios manifestantes se subieron a la alta valla metálica amarilla, mientras que algunos jóvenes comenzaron a tirar violentamente de la barrera, hasta que finalmente lograron derribarla.

Hombres, mujeres y niños inundaron la entrada mientras que la policía guatemalteca y un equipo antidisturbios los observó en silencio. Docenas de oficiales de la policía federal mexicana estaban en el puente, respaldados por cientos de oficiales más desplegados detrás, pero no les impidieron el cruce.

“Es una actividad ilegal”, dijo el embajador Luis Manuel López Moreno, y agregó que algunos de los que cruzaron el puente solicitaron el estatus de refugiado.

Los testimonios de muchos de ellos reflejan el verdadero estado de las cosas en sus países. Crisis económica, miseria, delincuencia, son algunos de los males que hoy campean en varios países centroamericanos. Honduras y El Salvador son de los más golpeados económicamente, con años de rivalidad entre sus fuerzas políticas, y buscando afanosamente superar las cruentas y profundas heridas dejada por las guerras y las guerrillas, que empobrecieron ambas naciones como casi ninguna otra en la región centroamericana.

“Aquellos que quieran solicitar refugio en México serán bienvenidos a hacerlo, si tienen una situación vulnerable en su país de origen”, dijo el secretario de relaciones exteriores de México, Luis Videgaray, durante una entrevista con la red de Televisa.

Lo que no aclaró el funcionario es que esos que él describió, son la inmensa mayoría. Por no decir todos.

https://twitter.com/PrimerImpacto/status/1053353131952750592

 

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