Chucho Valdés es nombrado como Maestro residente de la Universidad de Harvard

El cubano Chucho Valdés, figura prominente dentro del jazz latino, ha sido nombrado por la Universidad de Harvard como Maestro residente.

En el nombramiento de la Oficina de Artes y la Banda de Jazz de la Universidad de Harvard se destaca el aporte del pianista de la isla en el desarrollo de dicha institución. Y se anuncia asimismo que del 8 al 12 de abril próximo, Chucho Valdés intercambiará con profesores y alumnos como parte de un encuentro patrocinado por la Oficina de Artes y la Banda de Jazz de Harvard, en asociación con el Programa de Estudios de Cuba y el Centro David Rockefeller de la misma casa de altos estudios.

Durante esos cinco días el seis veces ganador del Premio Grammy y tres, del Premio Grammy Latino trabajará y ensayará conjuntamente con las bandas de jazz de Harvard. Luego el viernes 12 de abril, a las 8 de la noche, ofrecerán el concierto Puente Musical, en el que además estará invitado el bajista Yunior Terry.

La distinción de Maestro residente ha sido entregada anteriormente a destacados músicos que han integrado las bandas de jazz de la Universidad de Harvard, entre otros Benny Carter, Roy Haynes, Joe Lovano y Cassandra Wilson.

Tras esa estancia en la Universidad de Harvard en abril, Chucho Valdés continuará su Tour 2019 Jazz Batá 2 con presentaciones en México, Francia, Italia y Martinica.

Chucho Valdés y la fusión afrocubana

Chucho Valdés es considerado como uno de los mejores pianistas del mundo, y la crítica especializada  no ahorra halagos con el cubano cuando lo sitúa en la lista de los cuatro mejores jazzistas de la actualidad.

En 1973 fundaba en la isla el mítico grupo Irakere. Los musicólogos cuando hablan de Irakere apuntan: “El éxito posterior de esta agrupación no fue producto de la casualidad. Irakere hizo un estudio de todo lo que estaba sucediendo y de la música popular cubana hasta ese momento. Un análisis profundo, mirando las estructuras de lo que había sucedido anteriormente, qué se podía rescatar de la tradición, de la identidad y de las raíces africanas. Un estudio de los tambores batá, arará, yuca y de toda la percusión cubana que había quedado relegada en el folclor”.

De la historia de Chucho e Irakere, los amantes de la música recuerdan especialmente dos temas: “Misa negra” y “Bacalao con pan”.