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Cuba

En el Vedado: un vecino incómodo y un jefe de sector que lo protege

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Texto y fotos: Lucía Jerez

Residentes del Vedado sufren el proceder de un vecino incómodo, lo denuncian y el jefe de sector los ignora. El agente opta por proteger al vecino porque fue policía y es su amigo

En el edificio #356 ubicado en la calle 28 entre 25 y 27, del Vedado capitalino, un señor se ha apropiado del jardín, zona común del inmueble, y afecta el bienestar de todos los vecinos. El espacio está poblado de cactus de grandes tamaños y otro tipo de plantas que interfieren en el tránsito por la acera, así como en el parqueo de los vehículos en la orilla de la calle.

Mercedes es una anciana que vive en el apartamento número cuatro y además de tener la piel dañada por vitiligo, ha sufrido heridas en los brazos producto de las plantas espinosas que permanecen bajo la edificación. “He llegado a sangrar porque me he lastimado las manos. No soy solo yo, por ahí caminan niños, personas de mi edad, o mayores aún, para quienes esta vegetación representa un peligro”.

Aunque hace unos días los cactus fueron podados unos centímetros, llegaron a tener tal tamaño y fortaleza que agrietaron el cemento que los rodeaba. “Ese señor lo ha destruido todo. Nosotros queríamos sembrarlo bonito, arreglar la acera, pintar el frente, porque en realidad tenemos la entrada más dañina y fea de la zona, pero no nos ha sido posible y lo peor es que estamos desorientados y no sabemos a dónde acudir”, señaló Irma Lara López, dueña de la residencia número seis.

Tania Lino es doctora y propietaria del apartamento número siete. Un día se percató que en el jardín no solo había plantas incómodas, sino que ejemplares del gran caracol africano también habían decidido quedarse ahí. “Entonces vi a ese señor tirando los caracoles con un palillo para el centro de la calle. Le llamé la atención, lo alerté sobre las posibles enfermedades que podía ocasionar y le planteé la necesidad de podar los arbustos e higienizar ese espacio. En cambio, lo que recibimos fue una amenaza de su parte: quien se meta con esto se mete conmigo”.

Supuestamente, una de las razones que tiene el señor para conservar el estado de esas plantas es evitar que mientras los niños jueguen disparen algún objeto a su ventana, así como mantener con cierta privacidad el frente de su casa.

Una de las opciones que contemplaron los habitantes del lugar fue acercarse al Jefe de Sector de la zona para pedirle ayuda y consejos ante esta situación, pero su respuesta fue tan alarmante como la actitud del vecino. “Él simplemente nos dijo que lo sentía mucho pero que no se metería en eso, pues el señor en cuestión había sido policía y era su amigo, por tanto no quería que hubiesen problemas. Incluso llegó a decirnos con gran cinismo que a él le gustaba el jardín así como estaba”,  contó Olga Platt, quien vive en el segundo piso.

El problema de los habitantes de este edificio pudiera estarse repitiendo en muchos otros lugares de la isla. No es atípico encontrarse a una persona irrespetuosa que le complazca vivir en discordia con los más cercanos. Sin embargo, lo que sí es alarmante e intolerable es que en Cuba, país que tiene a la seguridad social como uno de sus trofeos, estos u otros ciudadanos se hallen desprotegidos y carentes de información, siendo humillados y desatendidos por quienes deberían controlar el peso de la ley.

 


 

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