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Cuba

Los vacíos de las farmacias internacionales en Cuba

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Texto y fotos: Lucía Jerez

Ni en las farmacias internacionales se encuentran por estos días en Cuba algunos de los medicamentos que más necesitan los enfermos crónicos

Las farmacias Internacionales en Cuba, ubicadas en zonas estratégicas para el turismo, han constituido por muchos años una alternativa para los ciudadanos (bastante costosa) cuando los medicamentos no se encuentran en los dispensarios por moneda nacional. La mayoría de los productos que comercializan son importados y poseen una alta calidad, incluso varios son de última generación.

No obstante, en ellas es posible hallar fármacos cubanos, insertados con la intención de recaudar divisas tanto de los extranjeros como de los nacionales que acuden. Según el portal Infomed, “son dependencia de la compañía Cubanacán Turismo y Salud y su misión, fundamental es brindar servicios de farmacia y comercializar productos cubanos como Spirulina, Cartílago de Tiburón, PPG, fangos medicinales, dermocosméticos, y otros múltiples para  tratamientos de belleza”.

En  los últimos meses se ha agudizado en la isla la ausencia de medicamentos, tanto en los hospitales como en los establecimientos públicos, salvo que esta vez las también llamadas “boticas por dólares” no han sido una solución.

“Solo analgésicos, gotas infantiles para los cólicos y diclofenaco para los dolores es, en cuanto a remedios, lo que tenemos”, expresó una de las empleadas del espacio situado en el hotel Habana Libre.

“Están en falta, aquí y en el resto de los locales de este tipo en la ciudad, complejos vitamínicos, antibióticos, antiparasitarios, emulsiones, antihistamínicos etc. Gran parte de ellos se producen afuera y no están entrando. Tampoco sabemos cuándo mejorará  la situación”, añadió.

El Neurobión y NeuroVitan, tanto en tabletas como en ámpulas, son fuertes suplementos de vitaminas, sobre todo de las pertenecientes al grupo B, muy demandados en personas con déficit de estos compuestos, y eran de las mercancías más cotizadas en estas tiendas. Sin embargo, su desaparición preocupa a varios clientes, quienes dependen de ello debido a padecimientos crónicos.

“Tengo hace 15 años una neuropatía bastante severa, como consecuencia de una mononucleosis infecciosa que sufrí. Cuando me encuentro en crisis se me dificulta el caminar. Desde que me fue detectada comencé a ponerme estas inyecciones y es lo que me mantiene en pie. Ahora estoy desesperada porque aquí no las consigo. No tengo ningún familiar en el exterior a quien pedírselas”, comentó Idalma García.

“En los puntos de venta  por moneda nacional está el llamado Truabin, que, supuestamente, tiene la función de enmendar los problemas neurológicos. Pero, si bien no es lo peor, resulta insuficiente para enfermos con dificultades en el sistema nervioso central, como yo. Además es muy raro que no escasee. Tienes que hablar con la que despacha y decirle que te lo guarde o, en su defecto, comprarlo por la izquierda a precios escandalosos”, dijo Mario, dependiente en una cafetería de El Vedado.

Ciertos cuentapropistas han incorporado las medicinas a sus negocios. Traen las demandadas y luego las venden a altas cifras. Pero se limitan a ingresar algunas como las referidas con anterioridad, porque, aparte de ser caras, no las consume todo el mundo, salvo quien tenga un requerimiento especial.

“Las de mi casa las compro a través de los anuncios de Revolico. Es la única forma de tener mi botiquín algo surtido. Ha llegado el momento en que por ninguna de las dos monedas puedes adquirir medicinas específicas en los sitios estatales”, afirmó Rita Menéndez.

 


 

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