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Artes Visuales

Transcripción de reunión sobre el 349 aclara dudas del porqué es tan controvertido

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La transcripción de una reunión sostenida el pasado mes de abril entre el Viceministro de Cultura Fernando Rojas, junto a otros funcionarios por la parte “directiva”, y varios artistas firmantes de una Carta en contra del Decreto 349, despejó toneladas de dudas en relación con el polémico decreto que, como es lógico, no fueron evacuadas en la presentación efectuada en días pasados en la Mesa Redonda para toda la teleaudiencia nacional y en la cual sólo participaron los funcionarios que “representan” al oficialismo que buscaba poner en vigor el decreto.

Por la parte “oficialista” asistieron a la reunión Fernando Rojas (Viceministro de Cultura), Guillermo Sorenzal (Viceministro de Cultura), Norma Rodríguez (Presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas), Jorge Fernández (Director del Museo Nacional de Bellas Artes), Lesbia Vent Dumois (Presidenta de Artes Plásticas de la UNEAC), Elmo Hernández (Presidente de la Fundación Ludwig en Cuba), Jorge Alonso (director de Galería Habana), Judith ? (directora jurídica del Ministerio de Cultura), Liester Amador (miembro de la dirección nacional de la Asociación Hermanos Saiz) José Ángel Hernández (director de la revista Arte Cubano) y los vicepresidentes del Consejo Nacional de la Artes Plásticas.

Entre los artistas presentes y firmantes de la carta se encontraban en la reunión: Lester Álvarez Meno (artista), Kevin Ávila (artista), Alejandro Campins (artista), Ítalo Expósito (artista), Kiko Faxas (artista), Leandro Feal (artista), Solveig Font (curadora), Abel González Fernández (curador), Fidel García (artista), Celia González (artista), Henry Eric Hernández (artista), Reynier Leyva Novo (artista), Luis E. López-Chávez (artista), Julio Llópiz-Casal (artista), José Manuel Mesías (artista), Camila Ramírez Lobón (artista), Anamely Ramos (curadora), Liatna Rodríguez López (curadora), Mario Luis Reyes (escritor y periodista), Christian Gundín (representante de artistas), Javier Castro (artista), Sachie Hernández (curadora), Adrián Melis (artista), Ernesto García Sánchez (artista), José Capaz (artista).

Dejando a un lado momentáneamente la Mesa Redonda, y esa sempiterna manía que tienen de poner argumentos de un solo lado Randy Alonso y compañía, conviene resumir de la manera más breve posible qué sucedió en esa reunión y que tiene desde el sábado, en que fue publicada la transcripción en el blog In-cubadora , a miles de internautas leyendo el texto de la reunión.

Hay varios asuntos que quedaron claros en la misma. Uno de ellos, primordial, y se podría decir que el más trascendental de todos es el relativo a la salida del polémico decreto en vigor sin estar acompañado de unas disposiciones adicionales más que necesarias para la interpretación y aplicación del mismo. Ergo: el 349 tal y como estaba redactado – o tal y como está aún redactado – posee varios vacíos o lagunas mediante las cuales la llamada “figura del inspector del Arte” podría aplicar de acuerdo a su criterio subjetivo si, el hecho artístico que le tocó “inspeccionar” contraviene o no el Decreto. La facultad del inspector – hasta tanto no entraran en vigor esas disposiciones que complementarían el decreto – era amplia, y todo quedaba a su discreción.

Entre las facultades que tiene conferidas está la de poner multas, cerrar espacios, exposiciones, e incluso – en el caso de que estas manifestaciones tuviesen lugar dentro de una vivienda privada – tendría la potestad de hacer llegar las cosas “un poco más allá”.

Precisamente ese era otro de los aspectos “poco claros” dentro del decreto: ¿qué es privado y qué es público?, y como no está aclarado, los artistas están expuestos a multas, cierres de exposiciones,  y hasta el retiro de su nombre del Registro del Creador – definámoslo como el autorizo que se le otorga y mediante el cuál se le considera artista.

El tema del “irrespeto a los símbolos patrios” también dejó – o deja, según tal y cómo está escrito el decreto – en la subjetividad y juicio del inspector, quién irrespeta a los símbolos como el escudo o la bandera. El tema del contenido de la obra que “irrespeta” y cual no es un irrespeto, fue controversial también.

Leamos este fragmento, y así tendremos una idea de “por dónde vienen los tiros”.

Celia González: Nos ponen una multa por usar símbolos patrios.
Judith: No. Léetela.
Fidel García: Si alguien quiere hacer una obra con pornografía, por ejemplo.
Celia González: Señor, es que no hay manera de legislar el contenido de una obra. Eso no es
posible.
Fidel García: Hay millones de artistas en el mundo que trabajan esos temas.
Henry Eric: Caballero, esa es la parte con la que la burocracia nunca va a poder explicar qué
pasa con el contenido.
Javier Castro: A ver, pero básicamente la pornografía en Cuba es prohibida. Es decir, todo lo
que hagas con pornografía ya se sabe que es censurado.
Henry Eric: No, que yo decía. La parte de los contenidos es la parte que la burocracia en este
país nunca llega a explicar porque ese es el pilotaje para la censura. Esta obra, es una bandera, el
autor yo no sé quién es, pero la obra es pésima. Por ejemplo, esta obra usa símbolos patrios. O
sea, esta obra es una contravención total, o sea, como obra. A lo mejor políticamente, para la
burocracia, no lo es, pero está en candela. Yo no sé si es colección de esto, si es donación, pero
es símbolo patrio. Es una bandera, está interpretando una bandera, son unas lajas de metal. Para
mí es una contravención total, porque es que está fatal.
Leandro Feal: El escudo que está en el museo, de Kacho.
Henry Eric: Pero para la burocracia está bien. Es una bandera, no sé, de la fuerza de la patria.
Fernando Rojas: Henry, tú estás prejuzgando.
Henry Eric: No, no estoy prejuzgando, o sea, lo que quiero decir es que en la parte de los
contenidos, cuando se habla de los contenidos, esta parte se ha quedado como sorda muda
porque no saben cómo explicar cuál es el contenido que se puede y el que no se puede. Ese es el
problema.
Fernando Rojas: Yo estoy bajo el impacto de que tenemos una diferencia esencial que no sé cómo la voy a resolver.
Henry Eric: Va a ser difícil.
Fernando Rojas: No, pero no es la que tú dices. La que tú dices no, la que tú dices es un
prejuicio.
Henry Eric: No, de ustedes en este caso.
Fernando Rojas: No, mío no…yo…
Henry Eric: Que son los que legislan y censuran.
Fernando Rojas: No, yo no me he referido a ningún contenido todavía. No lo he hecho. Yo
estoy bajo el impacto de una diferencia esencial que consiste en que no se comparte la idea de
que hay que proteger al artista profesional.
Henry Eric: Eso lo tenemos compartido. Todos, unánimemente. Vamos, avanzamos.
Fernando Rojas: No, discrepamos en eso.
Celia González: Discrepamos.
Henry Eric: No, estamos en talla. Todo el mundo lo tenemos claro.
Fernando Rojas: No, discrepamos en eso completamente.
Abel González: Sí, hemos discrepado.
Henry Eric: Sí, pero yo digo que estamos bien para dar el salto. Porque es que no saltamos.

Otro vacío en la letra del Decreto 349 está relacionado con quienes son las autoridades encargadas de dar “autorizos”. Al no quedar claro qué es público y qué es privado, ejemplos que se expusieron en la reunión dejaron al descubierto que, ni siquiera el propio Viceministro de Cultura sabía a ciencias ciertas quién o qué organismo debería dar por ejemplo el autorizo a un artista que quisiera exponer en un inmueble abandonado.

Para los residentes de un país que diariamente constata en la prensa mediante – por ejemplo – la columna Acuse de Recibo del diario Juventud Rebelde, o los viernes en la sección Cartas a la Dirección del periódico Granma, cómo es que se pelotea entre organismos y ministerios las quejas de la población, sería bueno que el Decreto 349 dejara escrito por lo claro, quién, cómo y dónde hay que ir, en casos como el mencionado arriba. No lo hace – por el momento – y ello exigió una aclaración por parte de los artistas presentes.

Uno de los puntos más álgidos de la reunión entre los artistas y los funcionarios estuvo relacionado con los llamados “intrusos” del Arte. Así lo definió en la reunión el Viceministro Rojas, y donde quiera que usó el término, ahí mismo recibió – como el mulo – los palos.

Leámos este fragmento para qué tengamos una idea del porqué los artistas reunidos exigieron “más respeto” hacia los artistas “amateurs”; esos que aún no están avalados como profesionales y cuya evaluación – tal y como quedó expuesto en la reunión – toma años. Algunos de los artistas reunidos a pesar de que como “amateurs” tienen ya una obra buena y reconocida, llevan años esperando por entrar “al Club” y a otros, como a Italo Expósito se le retiró su nombre del registro por participar en la Bienal 00.

Celia González: Es decir, si seguimos por este camino y usted señala fehacientemente esta
discrepancia esencial y es como si fuera lo único que hemos hablado y para nosotros no ha sido
ni siquiera lo más importante, menos lo único, si seguimos por este camino, estas leyes y sus
antecedentes están protegiéndome a mí de Llópiz, que yo considero que es muy buen artista.
Fernando Rojas: Celia, eso está tomado por los pelos, perdóname.
Celia González: No, es que Llópiz no tiene registro, no es un artista autorizado.
Fernando Rojas: Estás tomando por los pelos lo que pueda pasarle a Llópiz, que puede ser
injusto, para argumentar algo que yo creo que ya superamos en la conversación. Discúlpame.
Celia González: No, no estoy tomando por los pelos. Estoy poniendo un ejemplo muy claro,
llevado a tierra.
Fernando Rojas: Eso está tomado por los pelos.
Celia González: Yo creo que la forma en la que ustedes se refieren a esa discrepancia también
está tomada por los pelos.
Fernando Rojas: no, surgió aquí. Surgió aquí naturalmente.
Celia González: No, usted está haciendo una interpretación de algo. Nosotros no queremos ser
protegidos de personas que, además, son calumniadas de indecentes, malos artistas que nos
quieren robar los espacios e intrusos. Es decir, nosotros no queremos que haya otros artistas que
sean etiquetados bajo esos adjetivos, simplemente. No es que queremos que nos protejan o no
nos protejan. Que es a lo que ustedes se refieren: ustedes no quieren ser protegidos. No, esa es
su interpretación y la veo por mal camino. No es esa la interpretación. La interpretación es: no
queremos que otros artistas que no están autorizados bajo el registro del creador sean
etiquetados como intrusos. Eso es lo que no queremos, por favor. No nos diga más, por favor le
pido, que nosotros no queremos ser protegidos, solamente no queremos que otros artistas sean
etiquetados, artistas como, por ejemplo, nuestro aquí colega Llópiz que no tiene registro. Es
simplemente eso, no es que no queremos ser protegidos, aclaro.
Fernando Rojas: Pero en modo alguno yo he establecido esa etiqueta.
Celia González: claro que la ha establecido, si hay intrusos contra los que nos tiene que
proteger. ¿No hay intrusos?
Fernando Rojas: Por ese camino es muy difícil conversar.
Celia González: Por supuesto que es difícil.
Fernando Rojas: En modo alguno yo he establecido aquí esa etiqueta.
Celia González: Usted todo el tiempo está etiquetando a un grupo de personas como intrusos y
de esos nos tienen que proteger.
Fernando Rojas: Los hay.
Celia González: Y esos intrusos son los que no están autorizados por el registro del creador, en
el caso de las artes plásticas.
Fernando Rojas: Pero es que eso yo no lo he dicho, ni una vez.
Celia González: Bueno, pero es que cómo se define ese intruso.
Fernando Rojas: Por eso te digo que está tomado por los pelos. Ni una vez he dicho eso.
Celia González: ¿Cómo se define ese intruso? A nivel legal, el intruso es el que no está en el
registro del creador.
Fernando Rojas: Entonces tú no me has escuchado, perdóname, ni la mitad de lo que yo he
dicho.
Celia González: Ni usted tampoco me ha escuchado a mí ni la mitad de lo que acabo de decir.
Usted insiste en protegernos de alguien que está siendo ofendido.
Fernando Rojas: Tú dijiste textualmente que yo te quería proteger de Llópiz. Y eso a mí ni me
ha pasado por la mente.
Celia González: No, me quiere proteger de aquellos que no tienen registro.
Fernando Rojas: Tampoco lo dije, ni una vez.
Celia González: ¿Entonces quiénes son esos que son intrusos?
Fernando Rojas: Eso lo tiene que juzgar la crítica, lo tiene que juzgar el público, lo tiene que
juzgar la ley.

Otro momento de la reunión estuvo relacionado con el artista bueno y el artista malo; y quién puede exponer en galerías comerciales y quién no. ¿Cómo pueden acceder al circuito de arte creado por el estado? Todo el que estudió en una escuela de arte puede hacerlo; aunque sea pésimo como artista. Los empíricos, por muy buenos que sean, necesitan estar avalados por un Registro del Creador que, curiosamente, estuvo cerrado par de años bajo acusaciónes de corrupción; entre otras.

La breve “discusión” entablada entre la “funcionaria” Lesbia Vent Dumois y el artista Henri Eric es interesante; culminada excelentemente por la artista Anamely Ramos quien, con pocas palabras, nos remite a la libertad de un individuo, un artista, un ser humano, a escoger qué quiere para sí, y que no quiere.

Henry Eric: Pero y quién define. Pero es que hay…
Lesbia Vent Dumois: La obra.
Henry Eric: A ver Lesbia, a ver Lesbia. Hay artistas que han estudiado en todas las escuelas y
tienen una obra pésima y están exponiendo en galería Habana y hay artistas muy buenos, que
son amateur que no pueden exponer.
Lester Alvarez: Y que llevan diez años esperando porque le den el registro del creador.
Henry Eric: Claro. Y que están diez años esperando y que los marginamos, porque nos creemos
que somos…qué no. Igual pasa con los escritores y con los músicos. Ese cuento ya lo tenemos
un poco… así que yo creo que pasemos a otro punto para no entrar en esta cosa.
Fernando Rojas: No, pero quiero dejar claro que ahí tenemos una diferencia que nos hace muy
difícil…
Henry Eric: Pues va a ser una diferencia muy larga y entonces mejor saltamos a otro punto para
que no se extienda.
Fernando Rojas: Porque yo creo además que eso se hace para proteger al artista. Y varios de
ustedes, me perdonan, han olvidado lo que expliqué antes, que lo expliqué largamente, entre
otras cosas para decir que el amateur tiene miles de posibilidades de hacerse profesional.
Anamely Ramos: Pero no tiene por qué quererlo. No tiene por qué quererlo, puede quererlo,
pero puede no quererlo.

El documento íntegro de la reunión puede ser descargado aquí.

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