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Cuba

“En esto se te va la vida”: los trámites de vivienda en Cuba

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Cualquiera que sea el trámite en la Empresa de Vivienda, debe ser paciente. Los cubanos saben que han caído en manos de la burocracia

Después de escuchar varias opiniones, la conclusión fue la misma: los trámites de la Empresa de Vivienda son los que más se demoran. Decenas de procedimientos legales se realizan a diario en estas oficinas y montones de ciudadanos se convierten en víctimas de la burocracia.

Julia vivía en una casa vinculada. Es decir, su esposo la adquirió mediante el centro de trabajo. Esto le daba un margen de hasta 20 años para cumplir el período de pago. Pero por circunstancias de la vida la pareja se separó y el señor decidió abandonar el hogar. Ahí fue cuando comenzaron los problemas.

“Llevábamos 10 años depositando el dinero para terminar de pagarla. Sin embargo no sirvió de nada, para pasar los papeles a mi nombre tenía que empezar desde el inicio o de lo contrario dejarla a nombre de mi esposo y que luego él me la donara. Al final, fue peor el remedio que la enfermedad. Me puse como propietaria pero tardaron ocho meses en darme los papeles. Se te quitan las ganas de todo”, explica.

Para Amalia, supuestamente las cosas iban a ser más sencillas. Era un simple cambio de propietario. “Cuando fuimos mi mamá no estaba en la base de datos. Su carné de identidad (C.I) era de los antiguos, de los llamados libritos y al modernizarse el sistema desapareció del registro. Fueron más de seis meses en el trajín. Es algo que desgasta”.

Ella cuenta que primero les tocaba cambiar el documento por uno nuevo. Hasta ese momento, la señora cobraba su chequera mensual por ahí y nunca le llamaron la atención. El trámite del C.I tarda 15 días. De ahí volver a la Empresa de Vivienda para iniciar el proceso. Entonces no coincidía una letra del nombre. “Tenía que esperar la subsanación del error, más tiempo”. Así hasta que después de infinitas jornadas logró los papeles. “En este pa´ lante y pa´ atrás se te va la vida”, asegura.

Las quejas de los ciudadanos apuntan a la ineficiencia del servicio. Hasta el más mínimo requerimiento pasa por varias manos sin lograr una respuesta definitiva. “Te envían de una mesa a otra y al final ni sabes bien las cosas que necesitas. Abogados, arquitectos, compañeros de planificación física y jabas de regalos demandan los trámites. Las horas sentadas son eternas, a este tipo de lugares no se puede venir con apuro”, declara molesta una señora.

Pongamos un ejemplo, ¿qué puede ser más fácil que una licencia de construcción? Jessica y su exesposo ni siquiera iban a levantar una casa. Su objetivo era dividir en dos el inmueble para quedar cada quien por su lado. No querían verse las caras, pero la vivienda era producto del esfuerzo del matrimonio. “48 días exactos en los que dormí con mi mamá porque la convivencia ya se estaba haciendo insostenible. Pero el dichoso papel no llegaba, y lo rápido que son si cometes alguna ilegalidad. Ahí sí te tumban las paredes en horas. Es molestia tras molestia”, comenta Jessica, de 30 años.

En el 2018, el diario Granma publicó que 1414 trámites se habían realizado fuera de término. Lo que corresponde al mismo número de familias en espera de una respuesta, algunas veces de algo tan sencillo como la entrega de un comprobante.

 


 

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