Riquimbili Betancourt se convierte en 1er bigleaguer en volver, y jugar pelota en Cuba

El villaclareño Yuniesky “Riquimbili” Betancourt, se convirtió este jueves en el primer ex Grandes Ligas que regresa a la Isla, y vuelve a vestir los atuendos de un equipo nacional en la pelota llamada “revolucionaria”, algo impensable hasta hace unos meses luego de décadas de ostracismo y nulo reconocimiento a la ciudadanía cubana de peloteros cubanos que, como “Riquimbili”, salieron del país en busca de un contrato en las llamadas Grandes Ligas de Béisbol.

Riquimbili, ahora con 37 años en sus costillas, debutó en la Serie Nacional 2000-2001 como camarero y shortstop. Sus habilidades con el guante le hicieron creer a muchos – y a él mismo – que estábamos en presencia del heredero de Pedro Jova y Eduardo Paret; así que el joven pelotero partió, dos años después hacia México luego de dejar una grata impresión, aunque corta, en los terrenos de la isla.

En 346 partidos oficiales jugados en la isla, “Riquimbili” bateó para 281/.319/.436 con 333 hits, entre ellos, 26 jonrones.

Debutó en Grandes Ligas el 28 de julio de 2005 vistiendo la franela de los Marineros de Seattle, y luego firmó pactos con los Reales de Kansas City y los Cerveceros de Milwaukee. En total, jugó 1156 partidos básicamente como torpedero, su línea ofensiva fue .261/.285/.388.

Tras “el retiro” del circuito de la Gran Carpa, “Riquimbili” volvió a México, donde fue figura descollante de las Águilas de Mexicali en la llamada Liga Mexicana del Pacífico.

De acuerdo con declaraciones dadas al diario oficialista cubano Juventud Rebelde por el Comisionado de béisbol de la provincia de Villa Clara, “Riquimbili” concluyó exitosamente el proceso de repatriación y eso lo hace elegible para poder volver a jugar béisbol en la isla. Ya los cronistas de la página Béisbol en Cuba nos habían adelantado la exclusiva.

Otro que se espera pueda debutar pronto “de regreso” es Erisbel “Grillito” Arruebarruena, el torpedero cienfueguero integrante de la franquicia de los Dodgers. Un hombre que dejó como imagen en Grandes Ligas a la par de dos buenos engarces en el campo corto, haber sido el protagonista de una trifulca en un campo de béisbol, de la cual se hablará siempre que se mencione su nombre.