Raúl Castro asegura que Cuba no está regresando al período especial

Apenas un par de horas después que el vicepresidente de los EE.UU., Mike Pence, anunciara este miércoles que Washington prepara “nuevas acciones” contra Cuba por su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, el ex mandatario cubano Raúl Castro anunció desde La Habana, durante su intervención ante la Asamblea Nacional, que “la Isla no teme a amenazas como las derivadas de la agresividad del gobierno de Estados Unidos“, y acusó a la administración estadounidense de “intentar destruir a la revolución cubana y presionar a su aliado Venezuela.”

Las palabras de Pence, pronunciadas durante una intervención efectuada en el Consejo de Seguridad de la ONU que analiza por tercera vez desde enero la situación humanitaria en Venezuela, más bien sirvieron como preámbulo perfecto para que Raúl una vez más en su vida aludiese al espíritu estóico de los cubanos, al decir que “la situación pudiera agravarse en los próximos meses“, aunque negó que la isla se esté encaminando hacia un nuevo Período Especial.

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba expresó la necesidad de estar “alertas y consientes de que enfrentamos problemas adicionales” y dijo que “no se trata de regresar a a fase aguda del Período Especial“, al hablarle a cientos de delegados reunidos para escuchar la promulgación de la nueva Constitución cubana. Esta fue aprobada en referendo popular el pasado mes de febrero, en momentos críticos de desabesticimiento en la isla; días después, incluso, de que varios barrios capitalinos fuesen golpeados por un poderoso tornado categoría EF4.

Lo más interesante de su intervención aconteció instantes después cuando, al hablarle a los delegados, reconoció la existencia de la propiedad privada en la isla, y consideró incluso necesaria la inversión extranjera, dos de los principios “básicos” de la existencia del proceso socialista en Cuba. La historia, sin embargo, al parecer ha reordenado en parte el pensamiento en buena parte de la dirigencia política de la isla que, aún no sabe como lidiar con estos conceptos tan sagrados. Tanto Díaz-Canel, como el grueso de los delegados reunidos crecieron “políticamente” considerando la propiedad privada como una injusticia, y la inversión extranjera como innecesaria; muchísimo menos si esta provenía del campo capitalista.

Sin embargo, “los tiempos” y modelos políticos y económicos instaurados en otros países que, de alguna manera intercambian políticas socialistas con reformas económicas propias del capitalismo, han obligado a la clase dirigente cubana a moverse con sumo cuidado dentro del complejo panorama geopolítico. Por ello han modificado su Constitución, y anuncian nuevas reformas y modificaciones.

Su principal error, que a la vez ellos consideran es su principal virtud, es haber mantenido un sistema unipartidista de gestión política; con el Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) como “fuerza dirigente superior”, a la vez que ratifican sin ambages una utopía: llegar al comunismo.