Cuba
PNR en Sancti Spíritus: “Los buenos” de la película
La PNR en Sancti Spíritus parece actuar como un reloj. Al menos eso nos dice Enrique Ojito, Master en Comunicación, que no tolera las denuncias en Facebook, si el denunciado es un policía cubano.
Una nota publicada esta mañana en el diario Escambray de la provincia de Sancti Spíritus, de la mano del periodista Enrique Ojito, nos trae la imagen que parece ser el resumen de la actuación de la PNR en la provincia en estos tiempos de pandemia.
El resumen, elaborado por Ojito, “Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020); Máster en Ciencias de la Comunicación y Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país, (así se presenta Enrique Ojito para que lo tomen en serio), nos trae de todo como en botica y nos dice lo siguiente: los miembros de la PNR en Sancti Spíritus son “los buenos” de la película.
Pobre del país que, para “funcionar” tenga que echar mano a las autoridades del orden para algo tan simple como una cola, pero Ojito pudiera estar convencido de ello. Como no ha visto cómo funcionan otras sociedades “capitalistas” más desarrolladas, venera el accionar de la policía más allá del paroxismo.
Para él es “un héroe” el policía que enfrenta el desacato de una mujer borracha. El año de privación de libertad para la “alcohólica” por el delito de desacato a la autoridad es lo justo y necesario; por encima de la cura del enfermo.
Critica Ojito que, a los agentes de la ley cubanos, se les grabe con teléfonos celulares en “la menor acción negativa” por ellos. Subir el video a las redes “para convertirla en comidilla, sobre todo entre quienes solo tienen visión para nuestros lunares”, forma parte de “una campaña de manipulación mediática con el fin de desacreditar la imagen de la PNR”. Si la grabación ocurre en EE.UU., por ejemplo, ¡bienvenida sea! porque Ojito tendrá un testimonio irrefutable de la violencia policial en EE.UU.
Es decir: el articulista no está de acuerdo en que se grabe a un policía cubano golpeando a un afrocubano; pero si es un policía de EE.UU. golpeando a un afroamericano, sí vale el testimonio.
Su Master en Ciencias de la Comunicación no parece hacerle entender el valor de las redes sociales como fuente de comunicación, así que pienso yo ahora que Ojito, es Master en la Comunicación “parcializada”.
Dice Escambray que enfrentar a la pandemia del coronavirus en Cuba, “comprendió la presencia de las fuerzas del MININT y de las FAR para garantizar el orden”. También para “apoyar en la organización de las colas en los establecimientos comerciales y en las calles” y, en general, “para velar por el cumplimiento de las medidas dictadas por el Gobierno como la no circulación de la ciudadanía en determinadas horas del día, el empleo obligatorio del nasobuco, el distanciamiento físico y el distanciamiento social.”
Repito: pobre del país que tenga que echar mano a su policía para garantizar lo que por lógica del raciocinio deberían asumir los humanos, que es cuidar su salud.
Sin embargo, la “indisciplinada” población cubana, esa que no puede hacer una cola tranquila, mantener la distancia; la misma que luego de semanas sin jabón, aceite y pollo tiene que mantenerse en su puesto y no luchar el ingreso a una tienda a como dé lugar, es la culpable de todo el problema, según el articulista que otra vez echa manos a los “benditos” policías, porque sin ellos, todo fuera un desastre.
Gracias a los agentes cubanos, al menos los de Sancti Spíritus, el orden está garantizado y de nada valen las provocaciones. Según el coronel Jorge Luis Tejera Luna, oficial al frente de la PNR en la provincia, los oficiales de la PNR son “seres humanos” a los que en algún momento se les agota la paciencia.
“Siempre hay personas que intentan llevarte al límite, y para no caer en ese vacío, vale mucho la experiencia en el trabajo”, dice el oficial que reconoce que, en algún momento de su vida, tuvo que echar mano al “amansa guapo” para ejercer su autoridad.
Gracias a la PNR, dice Escambray, hasta el cierre de junio, desde el pasado marzo, se han seguido en la provincia 46 procesos penales.
Buena parte de la actuación de la PNR en Sancti Spíritus se debe a la “denuncia popular”; y dice el diario espirituano que “día y noche, los espirituanos han marcado el número telefónico 106.”
1 440 llamadas, desde marzo a junio, revela el interés de la población espirituana por denunciar un hecho. De esas 1440, 580 corresponden a violaciones del aislamiento social (aglomeración de personas, realización de fiestas, juegos de niños y jóvenes en la vía), alteración del orden público y posibles comisiones de delitos, entre otros asuntos.
Otra denuncia, permitió detectar un desvío de carne (se ocuparon en realidad 1 027.88 libras), “que involucró a más de 30 ciudadanos en la Unidad Empresarial de Base Sacrificio de Cerdos, de la Empresa Cárnica, por los supuestos delitos de malversación, apropiación indebida, hurto, receptación, incumplimiento del deber de preservar los bienes del Estado y actividad económica ilícita.”
También, gracias a un chivatazo, “fuerzas del MININT desarticularon una fábrica ilegal de ron en el Consejo Popular de Colón, en la ciudad de Sancti Spíritus, y otra dedicada a la elaboración de jamón y chorizo, en Jatibonico”. Revela el medio de la provincia de Sancti Spíritus que estas acciones “derivaron en causas judiciales radicadas por el presumible delito de actividad económica ilícita.”
También gracias a las llamadas efectuadas al 106 (número nacional de la PNR) se pudo “identificar la mayoría de los 89 coleros registrados en el territorio.”
Ojito entrevistó además al teniente Novis Ruiz Pérez, de quien dice posee un “olfato adiestrado para descubrir todo cuanto se pasa de la raya de lo legal”.
Novis Ruiz revela una novedad: residentes en viviendas cercanas a las tiendas, cobraban a 50 pesos la estancia por una noche a personas que precisaban estar temprano en la tienda, y en la cola. Así podían, “garantizar la presencia temprana y, por tanto, turno para adquirir las mercancías que se pondrían en venta al día siguiente.
La cadete Jennifer Medina Cepeda señala durante su permanencia en el punto comercial localizado en el servicentro de Garaita, en más de una ocasión enfrentó “la indisciplina social provocada casi siempre por los coleros”. El cadete José Javier Díaz Abal, dice que haber estudiado Psicología en la carrera, le ha permitido tratar con respeto a una persona para que entre en razón.
Gracias a todos, la PNR en Sancti Spíritus “desarticuló 36 casas/almacenes relacionadas con artículos de primera necesidad (de aseo, aceite y otros alimentos)”.
Se aplicaron a nivel provincial “25 255 multas; se radicaron además 760 denuncias; la mayoría de estas por propagación de epidemia (293) y por especulación, acaparamiento, receptación y actividad económica ilícita (214). Las restantes se establecieron por manifestaciones de desobediencia, incremento de precios, apropiación indebida y malversación.”
Del total de denuncias, a 534 se les dio tratamiento administrativo (multas entre 1 000 y 3 000 pesos) y 46 derivaron en procesos penales, donde los acusados resultaron sancionados a condenas de privación de libertad y a trabajo correccional con o sin internamiento y multas.
Un tripulante de un carro patrullero, Norbelys Díaz, quien presumiblemente no ha viajado ni a la vecina Jamaica dijo:
“Posiblemente, esta sea la única Policía en el mundo que esté trabajando junto a Salud Pública como nosotros lo estamos haciendo, al tiempo que se pregunta:
“¿Cuántos contagios hemos evitado con nuestro actuar?
El oficial, para hacer ver que él es tan cubano como cualquiera, confesó que se levantaba a las 5 am para coger botella, desde Jatibonico a Cabaiguán. Dice que cuando único se transforma es cuando tiene que hacer cumplir la ley, porque el resto del tiempo, “si hay fiesta, compartimos; si hay juego de dominó, jugamos.”
“Nosotros somos el pueblo, digan lo que digan”, sentenció.
por Ariel P
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