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Cuba

La Plaza Carlos III: crónica de un deterioro acentuado

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Texto y fotos: Vladia Rosa García

El deterioro y la escasez se hacen visibles en la habanera Plaza Carlos III. Los residentes en la capital añoran lo que fue el lugar hace años ya

La Plaza Carlos III es uno de los mercados más populares de La Habana. Está compuesto por un complejo de tiendas, servicios gastronómicos y en el primer piso del local se encuentra el área recreativa para niños, una de las principales atracciones del establecimiento.

Recientemente la emisión estelar del Noticiero Nacional de la Televisión anunció la apertura de “La casa del chocolate” dentro de Carlos III y también algunas remodelaciones para beneplácito de los ciudadanos.

Neveras vacías en Carlos III

Mas el panorama actual del supermercado evidencia la pérdida de la excelencia en las prestaciones, que los caracterizó en algún momento. “Vine buscando helado y como puede ver las neveras están vacías. Dice la dependienta que esperan hace días por la llegada de la mercancía, pero nada de nada”, comenta una señora a la salida. Entre los productos que además escasean se encuentra el puré de tomate, faltante en varios negocios estatales.

De nada valen los carteles iniciales especificando los deberes y derechos, las particularidades de la Plaza Carlos III y la cantidad de tiendas, cuando realmente el número de espacios ocupados es menos de la mitad. Los frigoríficos vacíos desprenden mal olor y los trabajadores no brindan ninguna aclaración de la falta de recursos o alimentos, porque muchas veces no tienen información.

Los comercios solo ofertan refresco de naranja, como víveres arroz o espaguetis, y de cárnicos, pollo solamente. “La calidad en los servicios ha disminuido sustancialmente, a lo mejor esto forma parte de la crisis pero hace dos meses la cosa no estaba tan mala”, refiere Jesús, residente de la zona de Centro Habana.

A estos problemas se les suman otros presentes en la infraestructura del lugar, por el abandono constructivo de las instalaciones.  En los pasillos se muestra la rotura del piso, en los bordes de los mostradores la falta de cemento y azulejos, y  las rampas también están deterioradas. “Los niños tropiezan en el corre corre entre los aparatos, muchos se han caído jugando, es que son muy intranquilos”, explica Laura, que asegura ir allí todos los fines de semana.

“La casa de la familia cubana”, como se le conoce a la Plaza Carlos III, pide una reestructuración de inmediato. Los habaneros añoran un renovado espacio para la familia y el esparcimiento.

 


 

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