Pepino de mar se paga a $30 mil dólares la tonelada, y Cuba lo exporta

Con gran aceptación en el mercado asiático, y superando los $30 mil dólares por tonelada de valor,  uno de los renglones exportables de Pinar del Río , el llamado “pepino de mar”, pronto pudiera convertirse en la salvación de la economía cubana que para su comercialización necesita mucho menos que sembrar moringas y entabular avestruces o “cultivar” jutías, tal y como expresara en días pasados el General de las FAR en la isla, Guillermo García Frías.

Bastaría apostar a la diversificación de esta especie de molusco, que se da libre como cualquier otro molusco que nace y crece en los fondos marinos para que, dado su alto valor nutricional y aceptación en el mercado foráneo, impulsen su producción a nivel naciona, más allá del que comercializa la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (Epicol) de Pinar del Río y la Empresa Pesquera Algérico Lara (EPISUR), ubicada en el municipio camagüeyano de Santa Cruz del Sur.

La especie, que precisamente ahora no se encuentra en veda es altamente demandada en China, Hong Kong, Singapur, Taiwán, Malasia, Corea y Japón. Precisamente el alto precio del molusco ha hecho que algunos países del Caribe como México y Honduras, regulen legalmente su extracción y establezcan períodos de veda que, en el caso de Cuba se extiende del 1ro de junio al 31 de octubre.

Fuera de estas fechas, los dos territorios nacionales mencionados, así como Granma y el Municipio Especial de la Isla de la Juventud contribuyen aunque en muy poco grado a la exportación de este rubro marino. Camagüey tiene como compromiso capturar y exportar unas 130 toneladas, mientras que en Pinar del Río apenas tienen previsto unas 12 toneladas.

El pepino de mar no requiere del tratamiento del suelo, pues se da en los fondos arenosos de las costas cubanas. No requiere de la siembra, ni de mano de obra mecanizada en el surco, ni del riego de fertilizantes;  aunque sí requiere agua, y bastante tiene toda la que necesita y más, pues para eso se da en los mares.

Su alto precio supera y con creces al de la planta maravillosa, la moringa, y el único problema parece ser su captura, pues de acuerdo con el criterio de especialistas “se trata de un molusco que se descompone muy fácilmente- como un mecanismo de defensa-, de ahí lo riguroso del proceso desde su captura, el cual requiere de un corte pequeño en su centro, extracción de la arena y las gónadas, cocción, secado y congelación en la industria.”

En un país como Cuba rodeado de agua, donde seguramente 4 de cada cinco cubanos sabe nada, no debe ser nada difícil entrenar para el buceo a quien desee capturar estos pepinos, de alto valor nutritivo y de alto precio en el mercado.