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Numerosas son las voces desde dentro de Cuba que, alarmadas, se preguntan cuáles son las causas del incremento del número de accidentes de tránsito en los últimos tiempos en Cuba.

El Secretario de la Comisión Nacional de Seguridad Vial en Cuba, Reinaldo Becerra, así como choferes de ómnibus y personas en general, dieron declaraciones a un equipo de periodistas del Sistema Informativo de la Televisión Cubana que indagó sobre el tema.

El funcionario dijo que multar a los conductores no es la solución, pues sentarse detrás de un volante requiere responsabilidad. Lo cual es cierto. Antes de multar hay que educar.

Causas son muchas. Otro entrevistado dijo que “la bebida no liga con el timón”, pero tomar y conducir pasa también por ser responsable. En este sentido, digamos, ¿se pudiera prohibir la venta de bebidas alcohólicas en los puntos y restaurantes que hay en las carreteras? ¿De qué sirve si la pudieran comprar en otro lugar y llevarla a bordo? ¿Son severas y aleccionadoras las multas a quienes detectan detrás del timón con aliento etílico? ¿En Cuba se multa y castiga severamente a quien lleva a bordo una lata de cerveza o una botella de ron abierta en el interior del auto?

Si la responsabilidad del individuo chofer no actúa como su propio freno, estaríamos siempre librando una batalla de un solo lado.

Becerra habló de vehículos que deben pasar la revisión técnica, y reconoció la necesidad de mejorar la señalización en las curvas. El funcionario exigió “respeto a los plazos de conducción y descanso” de los choferes; y llamó a las entidades transportistas en favor de garantizar la seguridad.

Un chofer de ómnibus entrevistado dijo que violar una ley siempre trae un desastre, y entre errores que se cometen detrás de un volante mencionó el exceso de velocidad y conducir bajo los efectos de las bebidas alcohólicas.

Otro habló de conductores indisciplinados. Y de peatones indisciplinados; mientras que otro responsable al timón dijo que las malas condiciones de las vías y de los carros, propicia también los accidentes, y este es un punto interesante: en un país golpeado económicamente desde hace varías décadas, reparar carreteras luce como una mala palabra para los gobiernos de los territorios que no tienen recursos para hacerlo; así como a las empresas que no cuentan con el lote adecuado de vehículos para cumplir con sus tareas de distribución de mercancías o traslado de pasajeros.

A juicio de este redactor, y basado en los datos suministrados por la Comisión Nacional de Seguridad Vial contentivos al 2018, que indican que en Cuba hay un lesionado por accidente de tránsito cada 52 minutos, como promedio, lo que está sucediendo en este 2019 no es muy diferente a lo sucedido en el año anterior. Solo que la llegada de los datos a los celulares cubanos, el acceso a Internet y la tendencia a estar cada tiempo conectados y en lugar de actuar, filmar para tener la esclusiva, ha hecho que estos accidentes últimos hayan visto la luz y luzca como una verdadera epidemia. O pandemia.

En todo caso, lo es. Que ocurra un accidente cada una hora es alarmante. Y buena parte de la culpa la tienen los choferes, pero los animales sueltos en las vías. Los peatones y ciclistas. El gobierno que no repara las carreteras, que no las señaliza; la poca severidad en las multas, y la NULA EDUCACION en los medios de comunicación en el país inciden sobre la palabra precisa: RESPONSABILIDAD.

Si todos fuésemos responsables… otro gallo cantaría.

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