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Cuba

Habana: Jabones expuestos al público NO PUEDEN VENDERSE. La cajera sugiere al cliente que no se bañe

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Damián Piñón Alonso, residente en La Habana, cuenta a través de la red social de Facebook la odisea vivida en la capital cubana hace aproximadamente unas 48 hrs cuando, luego de caminar por varias tiendas de la ciudad, encontró en el mercado sito en la Calle O’Reilly entre Aguacate y Villegas, en la Habana Vieja el producto que estaba buscando: jabón Lux.

Sin embargo, aquí comenzó quizás el menor de todos sus problemas.

A pesar de que el producto estaba expuesto a la venta y colocado en los estantes “de frente” al público, cuando Piñón Alonso le pidió a la cajera dependienta que le vendiera dos de ellos, esta le dijo que NO PODÍA VENDERSELOS. Supuestamente los jabones habían sido puestos allí, ordenados, para ser vendidos al otro día.

Alonso, con toda su razón y respeto le explicó a la dependienta que, si los jabones estaban allí, y expuestos con su correspondiente precio, efectivamente podían ser vendidos. La mujer le contestó que no, que los mismos no serían vendidos hasta el día siguiente, y le espetó: “Ay Señor, no se bañe hoy.”

Fue ahí cuando a Piñón Alonso se le ocurrió sacar unas fotos al producto expuesto. Curiosamente cuando la cajera-dependiente vio que este estaba tomando constancia de lo sucedido, lo llamó y en tono irónico le indicó que le dijera “cuántos jabones quería comprar”.

“Si les parece que pueden ayudarnos con este indignante hecho, compartanlo con todos sus amigos y que se haga viral”., dijo en Facebook el ultrajado usuario.

Este hecho muestra sin dudas lo indefenso que se encuentran los clientes en determinados establecimientos ante determinadas situaciones y diferentes empleados. No es un hecho exclusivo de Cuba. No. Recientemente se hizo viral en la Internet el caso de “Luisa”, una dependiente del establecimiento de comidas rápidas Taco Bell, que en muy malas formas se negó a venderle a una clienta una orden a través del Drive-thru, supuestamente porque no la entendía, y la cliente “no hablaba español”.

Para justificar su proceder, “Luisa” le dijo: “Esto es Hialeah. Lo siento”, confirmando que, si no hablaba español, no podría atenderla.

 

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