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Cuba

Los ferrocarriles de La Habana “estrenan” museo

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El Museo del Ferrocarril se inaugura, aunque las obras no están completamente concluidas

Cuba fue la primera nación iberoamericana y la séptima a nivel mundial en tener ferrocarril; sin embargo, no ha podido mantener el ritmo de los adelantos ferroviarios de los países desarrollados.

La Estación Cristina del Ferrocarril Oeste, ubicada en La Habana Vieja, quedó inaugurada después de varios años de restauración. Hoy por fin se puede disfrutar de un Museo del Ferrocarril, que exhibe aspectos importantes de la historia de este emblemático edificio habanero y sus maquinarias.

El personal que labora en el complejo aclara que las piezas iniciales del Museo fueron donadas por antiguos trabajadores. Incluso algunas llevaban más de dos generaciones guardadas, sobre todo las de los talleres y algunas herramientas de trabajo. “Mi padre se desempeñó aquí durante muchos tiempo. Cuando comenzó a destruirse trató de rescatar algunas cosas de valor para entregarlas cuando terminara la obra. Siempre le molestó que lo hubieran dejado hacerse pedazos”, comenta Sheila, hija de un mecánico.

En el 1861 se inauguraba aquí el tramo hasta Calabazar, municipio Boyeros, con una estación de madera de igual nombre a la de la actualidad. Luego se construye una de mampostería con similar aspecto a la recién terminada. Para 1912 dejó de prestar servicios públicos  y quedó como almacén pasando todas sus prestaciones a la Estación Central.

Durante el tiempo que la Oficina Historiador mantuvo cerrado el local, tuvo varios usos: taller automotriz y pequeñas casas improvisadas. “Antes de comenzar la última reparación en el 2017 venía mucho un señor que aseguraba haber vivido aquí durante más de dos años”, explica una trabajadora.

En la época de los 90, a consecuencia de la crisis por la que atravesaba el país, la solución más viable fue apoyar el transporte interno y para las provincias con trenes. En esta zona se trasladaban muchos becados hacia sus hogares. Llegar y recordar la posición exacta de todo en esa época es como volver a vivirlo. “Me alegro que hayan rescatado algo de tanto valor espiritual para los cubanos”, declara un visitante que desde esta estación salía cuando era más joven.

La obra aún no está completamente concluida. En la nave solo se muestran una selección del total de locomotoras reales. Según comenta el museólogo del sitio, entre todas llegan a 50 pero la mayoría presenta un estado crítico, lo que ha dificultado la reconstrucción.

“Esas son las mismas que estaban en el parque de la Estación de la Coubre y las demás estuvieron tiradas en la parte de atrás del Capitolio más de seis años. El proceso es muy complejo porque no tenemos espacio para ir acomodándolas en orden cronológico, ni otro lugar para hacerlo que no sea el propio que ellas ocupan”, añade.

Entre las ideas para el  futuro que acompañan el proyecto se encuentra el montaje de una sala de navegación, una biblioteca, el local para impartir cursos de superación a los amantes de las vías y un cine.

Aunque se abrieron las puertas al público, el recorrido por las instalaciones no incluye la explicación de los expertos. “Hay intención de hacerlo, incluso de traer turistas pero para que eso suceda falta tiempo. Ni siquiera tenemos material de oficina, ni teléfono, solo se finalizó la fachada”, abunda uno de los encargados de la colección.

Texto y fotos: Vladia Rosa García

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