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Cuba

En las farmacias tampoco hay condones

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Texto y fotos: Vladia Rosa García

Se hace difícil por estos días encontrar condones en las farmacias de Cuba. Actualmente en la isla solo se producen los de la marca Momentos

Cuando Alejandra comenzó a tener relaciones sexuales utilizó varios métodos anticonceptivos pero ninguno iba bien. Con las pastillas, el acné y el notable aumento de peso fueron algunas de las principales consecuencias. “Además, tomárselas todos los días es obligatorio, pero muchas veces se perdían de las farmacias”. Por tanto, las desechó. La T, dispositivo intrauterino (DIU) que empleó, se movió de lugar y según relata, la doctora le dijo que eso le podía causar otras dificultades.

“Lo más efectivo es el preservativo”, manifiestan su novio y ella mientras sus rostros muestran un poco de pena. Hoy han ido a tres establecimientos, “incluso llamé a una amiga mía en Marianao para ver si por su casa había”, pero nada. En La Habana no hay condones, y eso que antes en las cafeterías, junto al ron y a los cigarros, siempre estaba la tablilla ofertando el producto.

¿Cuál es el problema? Cuba fabrica muy pocos. De las marcas más comercializadas en el  país: Vigor, Vigor Max, Vive y Momentos, solo esta última se está produciendo en la isla actualmente. Los más jóvenes comentan que son los de peor calidad. “Se rompen con mucha facilidad. No están bien lubricados”, cuenta Lisandra, de 19 años.

Su uso responsable constituye el principal medio de prevención contra las enfermedades de transmisión sexual, que en los últimos tiempos afectan a personas cada vez más jóvenes y sin él las parejas se arriesgan a embarazos no deseados. “Después quieren que uno se proteja”, critica Miguel, estudiante de preuniversitario. “No hay ni en los centros espirituales”, añade en tanto conversa con sus compañeros de escuela.

¿Ahora habrá complicaciones también con la sexualidad? Esta reportera de CubaComenta se dirigió en busca de respuestas hasta el Centro de Promoción de Salud Provincial en La Habana, ubicado en 27 entre A y B, en el Vedado.

Aunque el personal asegura que se compran grandes cantidades evitar el desabastecimiento, los estantes cuentan lo contrario. “En el mes de septiembre hubo un déficit y tuvimos que distribuir un lote de Vigor que teníamos de reserva  porque las quejas de los ciudadanos iban en aumento”.  También influye que esta marca es la de preferencia entre los cubanos por lo cual se acaba con mayor rapidez.

Una de las trabajadoras expresa que a veces se compra mercancía con poca vida útil, y después no pueden comercializarla por mucho tiempo. “Los he conseguido casi al vencerse. Eso es malo porque son frágiles y luego son las complicaciones”, apunta Naomy de 26 años.

Como la sexualidad responsable depende también del transporte, del combustible y del fin de la “coyuntura”, por ahora las farmacias continuarán con la carencia. “Las reservas que quedan no abastecerán a todas las provincias”, afirma un doctor del Centro de Promoción de Salud Provincial en La Habana que prefirió el anonimato.

Muchas de los preservativos se reciben a través de organizaciones que donan al país. Los de la marca Vive llegan por una ONG estadounidense. De lo contrario se traen desde Malasia, India o China. Cuba tampoco comercializa este tipo de protección para las féminas.

Los adolescentes en busca de alternativas han decidido comprarlos a particulares que traen del exterior. “Seis pesos cubanos cada uno. Al menos estos son de sabores. Así no los vende el Estado”, enfatiza Fernando. “Si no lo uso, mi mamá no me deja tranquilo”.

Esta situación tuvo su punto de origen hace algunos meses pero ahora resulta casi imposible revertirla en un corto período de tiempo. Entonces, ¿qué hace la población? ¿Reducir la efusividad del momento erótico hasta que llegue el buque cargado de condones?

 


 

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