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Cuba

Critican desde Canadá venta de souvenir racista en Cuba

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Un artículo publicado en The Conversation señala que los millones de canadienses que se aprestan para viajar a Cuba durante este 2019 seguramente harán lo que han hecho quienes viajaron el año pasado, y el anterior, y el otro de más arriba cada vez que han viajado a Cuba: traer de regreso a Canadá algún “recuerdo” de la isla caribeña.

Y aunque entre esos “recuerdos” mencionan el Ron y el tabaco cubanos, la publicación señala que existen souvenirs evidentemente racistas que son vendidos en Cuba a los extranjeros de manera absolutamente normal. The Conversation sugiere a los canadienses que viajarán a Cuba este año, que eviten – por favor – comprar estas cosas y los exhorta a traer, aparte del Ron y el tabaco ya mencionados, pinturas locales.

El tema no es nuevo. Una activista como Sandra Abd´Allah-Alvarez Ramirez, conocida en el mundo de la blogósfera cubana como “Negra Cubana tenía que ser” ha denunciado hasta la saciedad que esas muñequitas negras de artesanía que venden en todas las tiendas Cubalse y Aeropuertos del país, son racistas. Ahora al parecer, hay otro objeto que ha despertado el análisis de Monica Eileen Patterson, quien se presenta como Profesor Asistente, en el Instituto de Estudios Interdisciplinarios, en la Universidad de Carleton.

¿Qué dice en The Conversation la articulista Patterson? Señala que le “sorprendió encontrar filas y filas de recuerdos racistas durante un reciente viaje a Cuba.” Y habló de todo lo que encontró.

“Estos recuerdos, que incluyen esculturas, estatuillas y tapices, se extraen de una gama de imágenes e ideas conocidas que se utilizan en todo el mundo durante siglos para normalizar la subyugación de africanos y negros en contextos que van desde el África colonial hasta la era de Jim Crow en los Estados Unidos.”

“El recuerdo más común que vi disponible para comprar en los puestos de artesanías y mercados turísticos de Varadero, una de las ciudades turísticas más populares de Cuba, es un cenicero.”

racismo en Souvenirs en Cuba

Foto: https://es.wallapop.com

¿Qué dice de este? ¿Cómo lo describe?

“No es el objeto mundano que podrías esperar de un objeto tan utilitario. El típico cenicero comercializado para los turistas tiene la forma de una cabeza tridimensional de un hombre negro, a menudo rematado por un sombrero de paja, con ojos saltones blancos y caricaturas gruesas, anchas, labios rojos estirados increíblemente anchos, abiertos para recibir las cenizas y el cigarro arrugado y colillas de cigarrillos

“Pregunté a los vendedores de souvenirs cubanos sobre las caricaturas de cerámica. En general, respondieron que los ceniceros eran ‘divertidos’ o ‘solo una broma’. Dijeron que los turistas estaban interesados ​​en comprarlos.

De acuerdo con su valioso testimonio, Eileen Patterson asegura que “muchas de estas compras reproducen profundas historias de racismo y violencia que degradan y deshumanizan a los afro-cubanos y, en general, a los negros.” Y se pregunta: “¿La popularidad de los recuerdos racistas en el sector turístico de Cuba significa que los canadienses están re-animando los anacronismos racistas en su consumo de turistas en Cuba?

Y profundiza.

“Dichos objetos deben entenderse dentro de una larga historia de actos y actitudes que durante cientos de años han objetivado y menospreciado a los afrodescendientes. La imagen de la boca abierta se remonta al comercio de esclavos en el Atlántico de los siglos XVI al XIX, cuando los africanos capturados se vendían en subastas públicas al mejor postor. A menudo se les forzaba a abrir la boca lo más amplio posible para que los compradores potenciales pudieran comprobar el estado de sus dientes.

“Después de que la esclavitud fue oficialmente abolida en todo el Imperio Británico en 1833, el abuso y la deshumanización de los negros continuó, confirmado a través de leyes y prácticas sociales en toda América del Norte. Los negros han sido caricaturizados regularmente en una variedad de artículos cotidianos, desde cascanueces hasta abridores de botellas, bancos de monedas y juguetes para niños. En los carnavales, circos y ferias de los EE. UU. Durante la primera mitad del siglo XX, los clientes blancos jugaron juegos como el ‘Dodger africano’ (también conocido como ‘Hit the Coon’) en el que pagaron para lanzar pelotas de béisbol a los hombres negros. Los premios se ganaron por golpes directos en la cabeza, lo que a menudo resultó en lesiones graves e incluso la muerte de los afroamericanos contratados como objetivos humanos.”

Y finaliza diciendo:

“Si está buscando un recuerdo cubano, hay mejores opciones que esas “curiosidades” racistas. Lo que está en juego en el racismo, y la violencia de estos recuerdos debe ser clara.”

“Las caricaturas racistas permiten un comportamiento deshumanizante, (…) Dada esta realidad social, los canadienses deben boicotear los recuerdos que denigran a los negros cuando visitan Cuba. Estos artículos nos conectan a siglos de abuso; esos legados aún nos enredan.Dichos juegos, considerados como entretenimiento para la familia, ofrecían una plataforma pública para que personas blancas de todas las edades promulguen y celebren la violencia contra los negros al insultar y humillar.”


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