Charly Délices: cocina francesa en plena Avenida 23

Hace dos semanas abrió Charly Délices. Ya se comenta en La Habana sobre los platos que ofrecen y sus precios

Jean Marc es cocinero y llegó a Cuba, como tantos franceses, atraído por las bondades del Caribe. No tardó en percatarse de que sería La Habana la ciudad donde quería pasar parte de su vida. Sin embargo, necesitaba algo que lo ayudara a sustentarse y con lo que se sintiera satisfecho.

Rentó un garaje y con solo tres mesas, concibió un negocio gastronómico con recetas típicas de la culinaria francesa, en la céntrica Avenida 23, entre las calles 16 y 18, del Vedado capitalino .

Charly Délices es el nombre de este sitio, donde es posible encontrar peculiares bocadillos con ingredientes y agregados poco conocidos en la mayor de las Antillas.

Lo que oferta Charly Délices

“En un principio pensé que lo que llamaría la atención sería la salchicha. Pero lo que ha sorprendido a los visitantes es la piadina, un sándwich más italiano que francés, cuya masa se asemeja bastante a la de una pizza y su apariencia es similar a una empanada. Este es el único lugar en la ciudad donde se comercializa”, cuenta el propietario.

Como el resto de los emprendedores en la isla, Jean se ha enfrentado a un mercado generalmente desabastecido, por lo que casi todos los productos que vende son hechos en su cocina. “Hacemos todo, desde los distintos tipos de panes hasta la variedad de salsas que acompañan el menú. No compramos puré de tomate, por ejemplo, sino que lo preparamos nosotros mismos. Solo importamos algunos tipos de quesos y la materia prima, como la carne para cocer los embutidos”.

Hace dos semanas que abrieron las puertas y, hasta ahora, muchos se acercan para conocer sus recetas. Samuel Rivero es un joven habanero que, por curiosidad, decidió detenerse ante la pizarrilla de ofertas. “Son opciones distintas que, aunque siguen distantes del poder adquisitivo de la mayoría de los cubanos, constituyen otra variante y dan la posibilidad de conocer platos de diversas latitudes. Está claro que la exclusividad también se paga”, señala.

Para Ana Delia la piadina de atún con crema de queso blanco, aceitunas, tomate y pepinos encurtidos en vinagre es algo delicioso. “Cuesta 5 CUC. No es lo que te permite el salario medio de aquí. Pero una vez cada cierto tiempo se puede hacer y, eso sí, son alimentos saludables”.

“Mi objetivo era abrir un comercio asequible para todos, pero es que el costo de las mercancías es muy alto, razón que nos lleva a fijar una tarifa en consecuencia con nuestras inversiones. La carne de res, por ejemplo, la encontramos en las tiendas y es carísima. Lo mismo ocurre con el aceite de oliva y de girasol”, agregó el cocinero francés.

El establecimiento cuenta solo con dos trabajadores: Jean Marc, quien se encarga de la cocción de los platillos, y un joven que tiene la tarea de recibir los pedidos y llevarlos hasta los clientes.

Un ventilador eléctrico, al que es necesario colocar sistemáticamente una vasija con agua, es el encargado de refrescar el local a fin de hacer llevaderas las futuras temporadas de verano.

Texto y fotos: Lucía Jerez