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Cuba

Chivatones de mulas vs chivatones de parking

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En lugares como el Aeropuerto de Miami hay chivatones que están “a la viva” delatando a las supuestas mulas. Al menos eso afirma el periodista Juan Juan Almeida.

Dice el periodista Juan Juan Almeida que “un grupo de cubanos se está dedicando a denunciar a sus compatriotas que viajan a la isla como mulas para vender las mercancías y luego a cambio de su “chivatería” son recompensados con los objetos decomisados por la Aduana”. Serían, al parecer, chivatones de mulas. Según Juan Juan Almeida, estos dicen ser parte del Ministerio del Interior o que fueron contactados por el MININT para trabajar de forma encubierta para el gobierno cubano.

La noticia, por cierto escandalosa, preocupó a no pocos lectores e incluso fue “objeto de análisis” en una agencia de viajes en la ciudad de Miami que se dedica al envío de paquetería a Cuba, y que por razones “personales” no divulgo su nombre aquí.

Señala Juan Juan, en su nota, que el grupito de chivatones estaría operando principalmente en aeropuertos de Miami, Cancún, Ciudad México y Madrid. Los chivatones de mula toman fotos de los cubanos que abordan los vuelos con grandes maletines y las envían rápidamente a La Habana -suponemos vía Whatsapp, Facebook Messenger, Telegram o Signal- para que llegue “con inmediatez a la Aduana Cubana”.

Los chivatones de mulas trabajan en grupo, “mancomunadamente” diría la prensa de la isla.

Rosario Losada Pino confiesa haber sido víctima de los chivatazos. “Eso es lo que ha aprendido el cubano durante todos estos 62 años, a atacar a otros cubanos (…)”.

Lo más triste de este tristísimo panorama de delaciones es que se ha internacionalizado. “Exportado”, diría Álvarez-Guedes.

En Miami, por ejemplo, hay toda una legión de cubanos que se dedican a lo mismo en los parqueos, sobre todo en las zonas de Miami Beach, donde los remolques cuestan más. A cada rato nos lo cuenta Miami New Times.

Varios de estos chivatones viven de eso. Se apuestan, por ejemplo, en plazas públicas, donde hay varios negocios que tienen asignados sus parqueos y si ven que la víctima parquea en uno y entra en otro, ahí mismo llaman a la grúa. Si algo eficiente y rápido hay en Miami son las grúas para remolcar autos. Si la grúa llega y el dueño del auto quiere evitar el remolque paga mínimo 40 dólares. Si el dueño no se da cuenta, esos 40 dólares van a parar a manos del chivatón.

Los hay, yo conozco un caso, de que andan por Miami Beach en bicicleta y cuando ven un auto mal parqueado, llaman y cobran por el servicio.

Los chivatones de mulas serían una novedad para Juan Juan Almeida y para todos, pero estos chivatos que pululan en todo Miami, cubanos muchos, llamando a las grúas para que te remolquen en el auto son tan viejos como la sarna e iguales de desleales.

Roberto A.

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