Animales
Los cerdos flotantes de una paladar en La Habana
Paladar en la Habana recibe unos “cerdos navegantes”. La Paladar es frecuentada por la viceministra de Salud Pública y una de sus inspectoras, pero para almorzar.
La imagen de unos cerdos flotando en un río de La Habana asombran desde ayer a quienes vieron el programa de Juan Juan Al Medio, que conduce el periodista de origen cubano Juan Juan Almeida. Si usted no conoce la historia, siéntese que es algo digno de Netflix, porque los cerdos, “navegando” llegan hasta una conocida paladar en La Habana.
Una fuente anónima envió estas fotos a Juan Juan. Se trata de unos cerdos que “aparecieron” muertos flotando en un río al este de La Habana. La fuente dice haber visto otro día, otros cerdos flotando también en el mismo lugar y “se puso para dilucidar el misterio”.
Luego de mucho investigar se supo que los lanzó al agua un individuo identificado como Josué, el administrador de Gastronomía en Tarará. Josué que vive en 20 y Zapata, en El Vedado, recibe los cerdos congelados, los tira al río para descongelarlos, luego los pesa, reporta la pérdida como merma y luego esa “merma” la monta en una minivan Toyota de color blanco que le ha asignado el gobierno, y la manda para El Farallón , una paladar ubicada en 22 y 23 en el Vedado, en la calle de la Ceiba, muy cerca de su casa. “La merma” son, en cada operación, un par de puerquitos.
La paladar es frecuentada por la Dra Regla Angulo Pardo, la viceministra de Salud Pública; la misma que para reducir los costos en los policlínicos del país orientó recientemente que cada guardia operativa solo disponga de 3 placas y 5 duralginas. Regla no paga por la comida que se come en El Farallón.
Asegura el informante que tampoco va sola. A menudo va con Yanelis Álvarez, conocida en su círculo de amigos y familiares como “La China”. Esta, dado su cargo, tampoco paga por lo que consume en El Farallón, pues es inspectora de Salud Publica en el municipio Plaza de la Revolución. “La China” , cuya oficina radica en 15 y 18, en el Vedado, es bastante conocida dentro del mundillo de los propietarios de las paladares, bares y cafeterías o timbiriches de alimentación por algo tan sencillo como esto: cuentapropista que no se deje extorsionar, ella le cierra el negocio.
Tampoco “La China” va sola. Al parecer mantiene cierta relación con un alto miembro del PCC y funcionario del Gobierno de ese mismo municipio, Plaza de La Revolución, un señor calvo que no ha podido ser identificado aún.
La fuente reveló además que el lugar es frecuentado también por el espía Ramón Labañino.
Sandro Nieto
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