El “rigor profesional” de la Cámara de Comercio en Cienfuegos

La alerta, nunca la crítica destructora, quizás contribuya con este llamado de atención. No se le puede vender al pueblo una idea de mejoría y logros con fotos tan desastrosas como estas que desbaratan todo el trabajo de la Cámara de Comercio en Cienfuegos.

La periodista cienfueguera Tay Beatriz Toscano Jerez podrá decir lo que quiera de la Cámara de Comercio de su provincia. Decir, por ejemplo, que la economía de Cienfuegos tiene sus puertas abiertas al mundo y que como señala su entrevistada “hemos acercado las empresas a las exportadoras”. La imagen que quedará en mí y en miles que vean la noticia será esta de la portada: la de una mujer con los ojos adormecidos, típico de una noche de juerga.

El rigor profesional de  la Cámara de Comercio en Cienfuegos se reducirá a esa imagen de una mujer casi acostada en una silla. Con una blusa caída sobre su pecho, hombros descubiertos.

Si yo fuera empresario y no periodista, y tuviese interés en importar o exportar y visitara a María del Carmen Serra Lliraldi, delegada de la Cámara de Comercio de la República de Cuba en Cienfuegos (CCRC), y me recibiera así, de seguro me daría muy mala impresión. Tal vez hasta me largaría de su oficina.

Si yo fuera Editor Jefe del 5 de Septiembre, pusiera el grito en el cielo si un periodista de mi equipo se me aparece con una foto como esa para ilustrar un trabajo.

Si en el 5 de Septiembre estuviese al frente, aún, Adonis Subit Lamí, pegaría el grito en el cielo ahora mismo si viese esa foto que muestra cualquier otra cosa menos rigor, empeño, desarrollo, … ¡futuro!

Pero como diría mi abuela, que en paz descanse, con esos bueyes hay que arar.

La Cámara de Comercio podrá formar parte “de los actores económicos que conducen la economía en un territorio” y podrá ser también, a su vez “la herramienta principal para la inclusión de esa economía en el comercio exterior”, pero esto no es lo que un futuro inversor o un simple lector ve en esa foto.

María del Carmen Serra Lliraldi podrá decir que sin dudas todo ese accionar “posibilita un mejoramiento en las relaciones comerciales de ese propio territorio y que impactan en el desarrollo social”, pero yo no veo precisamente “accionar” en esa pose en la que ella se dejó retratar. Noto desgano, pocas ganas de hacer las cosas bien; de incluso, “hacer”.

La prensa cubana ha gastado una bala en hacerle creer al pueblo de Cienfuegos que la CCRC es la entidad perfecta para echar adelante la labor exportadora de sus campesinos.

La alerta, nunca la crítica destructora, quizás contribuya con este llamado de atención. No se le puede vender al pueblo una idea de mejoría y logros con fotos tan desastrosas como estas.

Aquí no hay trabajo. Hay aburrimiento de tanto trabajar.

por Ariel P.

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