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Sochi Chang: La ciberclaria cubana sin cariño

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Por estos días Sochi Chang se ha hecho muy popular en Facebook. La conocida “ciberclaria” se abrió hasta cuenta en Twitter, pero le duró muy poco.

¿Quién es Sochi Chang? Esa es la pregunta que muchos cubanos se hacen en las redes y hasta bromean con lo poco que duró Sochi en Twitter; y las teorías van, desde Irma Shelton, la periodista que dijo hace 4 meses que la situación con los alimentos, específicamente con la carne, era “crítica” y se estaba acabando; hasta Arturo Chang, “El Chino” Chang, ex director y Censurador en Jefe del periódico Vanguardia en la provincia de Villa Clara y actual Community Manager del diario Trabajadores.

Lo que sí se dice, y en eso no hay discusión, es que Sochi es fake. La gente la llama “ciberclaria” pero nosotros eludimos usar el término aunque, se los aseguro, pronto lo veremos aprobado por la Real Academia Española y todo como un “modismo” bien cubano y lo usamos solo por un “tecnicismo”. Pero sí, es un perfil falso; con un rostro falso, generado digitalmente.

Lo “trascendental” en Sochi -si es que lo tuviese- es que desde el domingo anda pidiendo amistad en Facebook a troche y moche. Igual que Omar González, otro perfil evidentemente falso con su rostro generado digitalmente.

Por si fuera poco, en el Noticiero Nacional de Televisión de ese mismo día, Irma Shelton hablando de las redes sociales citó a dos expertos, entre los cuales había uno con un nombre muy parecido a Sochi, e Irma formó tal tropelaje con su lengua que pareció citar a la ciberclaria más famosa del momento. Las burlas y memes no cesaron, y hay quien afirma que sí, que Irma se equivocó y mencionó a Sochi como si fuera una especialista.

Lo más cómico vino después, cuando Sochi al parecer se aburrió de buscar amigos en Facebook y su falta de cariño la lanzó de cabeza a Twitter. Allí se abrió la cuenta; le dio follow a unos cuantos celebrities y sin contar todavía con un seguidor metió su primer tweet “revolucionario”.

Acostumbrada al relajito de Facebook, donde el liberal Mark Zuckberberg no tiene impuestas tantas restricciones, Sochi no calculó que Jack Dorsey tiene implementadas otras reglas en su chiringuito de Twitter, y la cuenta de Sochi duró lo mismo que un merengue en la puerta de un colegio.

“Sochi no importa, Sochi puede ser cualquiera; pueden ser tres y cuatro al mismo tiempo. Lo que me extraña es que esté pidiéndole amistad a tanta gente. ¿Le habrán puesto un plan?”, me comentaba por interno Rául Vázquez, un “experto” cazador de perfiles falsos.

Raúl dice que Sochi se encarnó en Enrique Guzmán Karell.

“¿Estará puesta para Kike?”, cuestiona en broma Raúl sobre el hecho.

No hay dudas que la misión de Sochi es sagrada en este mundo. Cuando en meses pasados la periodista independiente cubana Mónica Baró Sánchez acudió a una entrevista con oficiales de la Seguridad del Estado le fue mostrado un file o carpeta que contenía decenas de hojas con los posts que ella había escrito en la red social de Facebook principalmente. Gran parte de ese trabajo, o todo, fue gracias a gente como Sochi Chang, cuyo deber se reduce a eso: monitorear lo que otros ponen en las redes. Buscar reacciones. Quién dio LIKE, quién comentó y qué dijo. Quién compartió. Quién se rió. Y así, ad infinitum.



Si es una figura “pública” o en vías de serlo o haberlo sido, de inmediato se le pasa a llenar un “profile”. La vinculación con Inmigración y Extranjería es lógica e inmediata. Si la persona de interés vive fuera, de inmediato la alerta llega y se le entrevista.

Pero, ¿para qué pedir amistad?

“Se saltan la restricción de la que muchas personas hacen uso; pues lo que postean solo lo pueden ver sus amigos”, explica Raúl.

La supuesta “Secretaria Ejecutiva de la Fundación Maracaibo 500” o sea, Sochi Chang, surgida en Facebook hace tan solo unos meses tiene ya 2892 amigos en las redes. Su popularidad la ha llevado hasta “colarse” entre los amigos de Ulises Toirac, que suele ser bien reservado en estas cosas y que, famoso al fin, debería tener el cupo de los 5000 amigos repleto. Sochi, sin embargo, clasificó.

Sochi está consciente de su popularidad reciente, y de sus inicios, en los que apenas posteaba algo, ha pasado, sin miedo alguno, a hacer no solo gala de la información incompleta que maneja, sino hasta que se burla de los post que sus “detractores” le dedican en Facebook.

Nadie sabe quién es, pero al parecer “le han tomado cariño” después de todo.

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