Caracol gigante africano llega a Pinar del Río

El hallazgo fue hecho por un guardabosques, y autoridades de sanidad vegetal del territorio validaron que se trata del caracol gigante africano

Pinar del Río se convirtió en la decimocuarta provincia de Cuba en reportar la aparición del caracol gigante africano en su territorio, y ahora solo una provincia cubana queda “libre” de la peligrosa especie: Cienfuegos.

Un ejemplar de caracol gigante africano 12 centímetros fue encontrado en el poblado de Puerto Esperanza en el municipio de Viñales, a pesar de los esfuerzos que las autoridades habían hecho en la provincia para evitar su aparición. El hallazgo fue hecho por un guardabosques, y autoridades de sanidad vegetal del territorio validaron el caracol como perteneciente a la peligrosa especie.

Pinar y Cienfuegos habían sido las únicas dos provincias en la isla que no habían reportado la presencia de la especie, clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una de las 100 especies exóticas más peligrosas del mundo.

Tal vez sea por “lejanía”, lo cierto es que la aparición del peligroso caracol gigante africano en Pinar del Río, una tierra tabacalera por excelencia, es preocupante.

También es preocupante que por ejemplo, en algunos repartos de la capital como Felipe Poey, en Arroyo Naranjo, La Habana, el caracol esté presente en cada patio y que a pesar de que los vecinos han advertido a las autoridades de la presencia del mismo estas se demoran en acudir.

El animal ha sido visto además en otros lugares de La Habana; incluso en parques, como los de G y 23, H y 21 y más recientemente fue avistado en la Calzada de Vento.

La especie, por contacto, puede causar enfermedades en las personas como meningitis y trastornos intestinales, por lo que se recomienda no tocarlos con la mano.

Lo mejor, es llamar a las autoridades de epidemiología; pero en caso de que estas demoren en llegar, o se hagan de oídos sordos, póngase guantes, échelos en bolsas herméticas y entiérrelos bajo tierra. También se recomienda quemarlos o introducirlos en una solución de sal o cal al 3% durante 24 horas y después sepultarlos. De ningún modo, deben tirarse vivos al río, a la basura o a terrenos abiertos.