Misterioso monolito de Utah tiene un “hermano” en Rumania

La historia del misterioso monolito de Utah, que fue encontrado en noviembre pasado en Estados Unidos, no parece haber terminado aún.

El misterioso monolito de Utah, una enorme y brillante estructura de metal hallada días atrás y que desapareció recientemente, parece tener una segunda parte. Una estructura semejante fue encontrada a miles de kilómetros y en otro país.

Según reporte de RT, uno muy parecido ha sido visto en una colina cercana a la ciudad rumana de Piatra Neamt, y desde su descubrimiento la semana pasada se han desatado nuevamente las teorías más locas al respecto.

La enorme pieza de metal tiene unos cuatro metros de altura, pero presenta ciertas diferencias con respecto a su antecesor estadounidense, pues su superficie no es lisa, sino que “está cubierta con un patrón”.

Si bien aún no se conoce la identidad de quien lo instalara allí, ya lo están buscando; pues fue colocado en un terreno privado y muy cerca de una antigua fortaleza, en un área protegida por su valor histórico.

La aparición sorprendente llega después de que desapareciera el misterioso monolito de Utah, una pieza de 3,5 metros de altura localizada en noviembre “por funcionarios locales que sobrevolaban la zona en busca de ejemplares de carneros, llamados borregos cimarrones”, cuenta el portal de Deutsche Welle.

Este encuentro causó un revuelo sin precedentes y levantó diversas hipótesis: desde quienes pensaron que estaban ante un artefacto alienígena, hasta que fuese una obra de un artista famoso ya fallecido, John McCracken.

En un principio las autoridades se habían negado a desvelar la localización exacta del lugar del monolito.

“La oficina de ordenación del territorio del estado de Utah dijo haber recibido ‘testimonios creíbles’ según los cuales alguien, o un ‘grupo de desconocidos, había retirado el objeto el viernes pasado durante la noche”, reporta la página en español del portal alemán.

Esta se parecía mucho, opinan expertos, a trabajos de John McCracken, artista estadounidense que murió en 2011, y su hijo afirmó a medios de ese país que su padre le había manifestado su deseo de colocar sus obras en “ambientes perdidos para que fueran descubiertas más tarde”.

Omar Cortázar