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David Calzado: El nuevo promotor de boxeo de la Charanga Habanera

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artículo de opinión

Un conocedor amateur, defensor profesional y amante de la música cubana como lo es esta persona que les escribe ha palidecido esta mañana al enterarse que el talentoso David Calzado, manager y líder de la agrupación Charanga Habanera, se montó en el carro de la guapería de los Neo Machos Alfa que pululan dentro de la actual generación de músicos urbanos cubanos y pronosticó una soberana golpiza al llamado “Rey de los Reparteros”: el cantante urbano Chocolate Mc.

¡Muy bien por David! Con su frase ha echado por tierra la labor no solo de él y de su orquesta, renovadores indiscutibles dentro del panorama de la música popular cubana bailable de los 90´en la isla, sino también la de muchos críticos musicales, de arte, periodistas y estudiosos de la salsa y el son, que durante años no han escatimado medios ni minutos para dedicarle cientos de elogios a una agrupación que en su momento y durante varios años constituyó un refrescante referente musical en la Mayor de las Antillas.

Si se me permite el salvajismo, este David – sin onda alguna sobre sus hombros – ha mudado y mutado el reparterismo unilateral o dual a toda una agrupación. Con su gesto, tipo Oscar de la Hoya – digamos – David entiende que, para enfrentarse a Chocolate y vencerle bastan par de trompones y no par de trombones. A fin de cuentas yo no soy nadie para criticarle al MAESTRO – permíteme la mayúscula, David – su interés por la guapanga a estas alturas cuando sobre sus hombros lleva el hombre el peso de toda una trayectoria que hizo a miles de patones aventurarse en los 90´a tirar un pasillo en La Tropical. Y fuera de esta.

Si Calzado quiere cambiar los saludos y las sonrisas que prodigaba en Playa, Marianao, La Lisa, Centro Habana, El Cerro y El Vedado – de las cuales este simple mortal fue testigo en varias ocasiones – por el sigilo, el miedo, el golpetazo o el chavetazo es justo que alguien le diga que está equivocado. Peor que eso: hacerlo delante de un público, por demás bebido y repartero, equivale a como diría el refrán: mencionar la soga en casa del ahorcado.

Por supuesto, detrás de la tarima e incluso sobre esta, hay varios jóvenes que lo respaldarán a capa y espada porque, buena parte de esta generación cree que lo correcto ante la crítica o ante la ofensa, incluso física, es tomar la justicia por las propias manos.

Calzado debería saber – si su objetivo a estas alturas no pasa de un calentón a lo Jorgito Hernández, Emilio Correo, Adolfo Horta,  José Gómez, o Andrés Aldama – que su frase no revalida ni valida verdad alguna sobre el mal comportamiento de un descarriado juvenil como lo es el reguetonero Chocolate; porque – no creo sea necesario explicárselo – Chocolate no camina solo por esos rumbos. Ahí está el gaznatón que le propinó otro descarriado, Yomil, al conocido presentador Alexander Otaola. Ahí está la patadona de kárate propinada por “El Chulo” a Gorki Aguila.

David – si estamos hablando del mismo David Calzado que yo conocí personalmente en el año 1993 – debería saber que “lo del Choco” más que una falta de respeto, es un reflejo social, un comportamiento social adquirido que día a día se entroniza más dentro de la juventud cubana, esa que vive en la isla – y en otros lugares también – y que se ha exportado hasta Miami, y que al amparo – ¡hay que decirlo! – de la ya extinta política de Pies Secos Pies Mojados y de la aún vigente Ley de Ajuste Cubano ha mudado la perspectiva que proyectaban los cubanos en esta ciudad. Ya no somos, gracias al comportamiento que pretende validar David Calzado como necesario, una legión de emigrantes modelo para Norteamérica. No. Ahora somos tarjeteros y reparteros. Y bronqueros

Alguien debería explicarle a David que, si su objetivo en estas tierras es recuperar musicalmente el espacio perdido entre los bailadores cubanos mientras inunda de salsa y timba a Miami; si desea reinventarse y acoplarse a los nuevos tiempos musicales o simplemente transformar la pista y el gusto musical como lo logró en cientos de miles de bailadores cubanos en los año 90´, sus acordes serán más que bienvenidos en la Florida. Pero si por el contrario, va a utilizar el sacrosanto derecho del Freedom of Speech que en Cuba no posee, para decirle – advertirle – a ChocolateMC que van a meterle cuando vuelvan a verlo, yo, como amante del boxeo, conocedor amateur, defensor profesional y devoto de la música cubana, cuelgo los guantes con él.

toda la responsabilidad es del autor del artículo.

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