Cuba
Bodeguita del Medio: director justifica que borraran las firmas
La célebre Bodeguita del Medio se quedó sin sus conocidas firmas en la pared, algo que fue justificado por el director de esta, con un flojo argumento.
La Bodeguita del Medio, un icónico sitio habanero con un verdadero patrimonio en sus paredes en forma de firmas de famosos y otras personas que llegan al lugar, perdió su popular tesoro recientemente, cuando decidieron pintar los muros y hacerlas desaparecer.
José Miguel Pumarada Fernández, director del local, se justificó recientemente en una entrevista concedida al portal 14ymedio, con argumentos bastante poco convincentes, teniendo en cuenta el significado de las rúbricas para los visitantes, pues estas constituían un elemento identificativo del establecimiento.
“Las firmas no son patrimonio”, declaró al portal el responsable de ese inmueble, enclavado en el corazón de la Habana Vieja, a un costado de la Plaza de la Catedral.
La alarma con respecto a la desaparición de las firmas la había lanzado en un post de Facebook recientemente Robin Pedraja, director creativo de la revista de arte Vistar Magazine, quien compartió fotografías de la restauración.
“La Bodeguita del Medio (Antes y Después). ¿Quién fue el de la idea de borrar todo ese patrimonio?”, se preguntaba Pedraja con las instantáneas de la discordia.
“Había filtraciones por todos lados, los clientes estaban comiendo y el agua caía en la mesa, había mucha humedad. Los cuadros se caían de las paredes porque el repello estaba podrido, la humedad era mucha y era parte de las quejas de los clientes que visitaban la casa”, justifica el director, para defender lo hecho con las paredes.
“El libro de firmas, todas las fotos con sus cuadros -que datan de los años 40 y 50-, la estructura de la casa, la arquitectura, la madera, todo eso se respetó”, añade el hombre.
No obstante, eso que él no llama “patrimonio”, contenía invaluables firmas de artistas como Elena Burque, Bola de Nieve; de pintores como Wilfredo Lam, René Portocarrero; futbolistas de la talla de Diego Armando Maradona, para no hablar de escritores como Alejo Carpentier y José Lezama Lima, y actores de Hollywood como Marlon Brando. Además, estaba la rúbrica de Alicia Alonso y una de las más notorias, la del Premio Nobel de Literatura Ernst Hemingway.
Pero todas esas rúbricas únicas, que no volverán, desaparecieron con unas capas de pintura aprobadas a “todos los niveles”.
Omar Cortázar