“No es histeria; algo realmente sucedió” revela estudio científico realizado en diplomáticos afectados de salud en La Habana

A partir del otoño de 2016, más de dos docenas de empleados del gobierno estadounidense que trabajaron en la embajada de los EE. UU. en La Habana comenzaron a confrontar problemas neurológicos, cognitivos y emocionales, que los llevaron a desarrollar malestares como: dolor intenso en el oído, pérdida de audición, dolores de cabeza, mareos y dificultad para mantener el equilibrio, así como aumento de la ansiedad y la irritabilidad.

El hecho, asociado a “una fuente de energía desconocida y dirigida dentro de sus hogares”, llevó al gobierno de los EE.UU. a “evacuarlos” de la isla y a someterlos a una serie de pruebas médicas y de laboratorio a fin de determinar a la mayor brevedad posible y con la mayor precisión posible “qué” y “cómo” había sucedido algo tan poco documentado por la ciencia.

Médicos de la Universidad de Miami fueron los primeros en examinar a los pacientes. El resultado de esos análisis y los hallazgos encontrados han sido publicados este miércoles en un artículo científico publicado en la revista Laryngoscope Investigative Otolaryngology.

“Las pruebas objetivas mostraron evidencia de un trastorno del equilibrio que afecta el oído interno y un patrón único de disfunción cognitiva y conductual“, dijo el Dr. Michael Hoffer, director del Programa de Equilibrio y Vestibular de la Universidad y autor principal del estudio.

“Las posibles fuentes y los hallazgos médicos que tenemos aquí no tienen una solución rápida o fácil’, dijo la Dra. Carey Balaban, profesora de otorrinolaringología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh quien trabajó en el estudio. Balaban lo describió como “evidencia medible y cuantificable de que algo realmente sucedió”.

“No es solo histeria“, agregó.

Casi dos años después de lo que el gobierno de los EE.UU. acusara a Cuba y a otros gobiernos de ser responsables de poseer en La Habana una misteriosa arma sónica, el estudio revelado este miércoles por los científicos no arroja luz alguna sobre quién o qué causó el daño a los diplomáticos.

“Lo que lo causó, quién lo hizo, por qué se hizo, no sabemos nada de eso“, dijo el Dr. Michael Hoffer, de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, quien dirigió los exámenes que demostraron quesi bien los pacientes no parecían tener “una lesión cerebral traumática más clásica”, sí presentaban – todos – una lesión en los oídos que afectaba el cerebro; y dictaminaron que los síntomas de los pacientes no se derivaban de su imaginación ni eran causados ​​por ansiedades.

Los investigadores de Miami examinaron a las 25 personas que informaron haber escuchado un ruido penetrante o experimentar una sensación de presión antes de que comenzaran sus síntomas.

Los pacientes fallaron en varias pruebas realizadas dirigidas a detectar problemas del oído interno asociados con el equilibrio. Otras diez personas que estaban en el mismo edificio en el momento de los incidentes y que fueron examinadas, estaban bien, informó Hoffer en la revista Laryngoscope Investigative Otolaryngology. Otros 100 estadounidenses, también trabajadores en el recinto y que fueron examinados por el mismo especialista, también resultaron saludables.

Un equipo de médicos de la Universidad de Pensilvania que también examinó a muchos de estos pacientes, informó que los diplomáticos “sufrieron daños cerebrales similares a los de una conmoción cerebral, a pesar de no haber recibido un golpe en la cabeza”. Y revelaron un detalle interesante: los pacientes pudieron haber sufrido “una posible lesión cerebral adquirida”.

La Dra. Maura Cosetti, quien es una renombrada especialista de ojos y oídos en el Hospital Mont Sinaí de Nueva York, cree que los resultados del análisis publicados este miércoles revelan pistas claves en la investigación que, paralelamente, lleva el gobierno de los EE.UU.

“Esto proporciona un paso importante para crear una imagen de la lesión que sufrieron las personas“, dijo, y añadió que, con frecuencia, las personas con problemas de equilibrio a largo plazo también informan una “niebla de ideas”.

“No hay pruebas que puedan probar que algo que ocurrió en Cuba es lo dañó la situación de salud de algunos diplomáticos de los Estados Unidos“, dijo por su parte ayer Carlos Fernández de Cossio, director general de asuntos de Estados Unidos en Cuba.

El gobierno de los Estados Unidos aún no tiene una prueba palpable que demuestre qué causó los incidentes, aunque la especulación inicial se centró en algún tipo de ataque sónico. Un informe provisional del FBI publicado en enero pasado no encontró evidencia de que las ondas de sonido podrían haber causado el daño.

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