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Cuba: La culpa siempre es de otro

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La culpa de las demoras en los aeropuertos es de los viajeros y de las aerolíneas, que están viniendo con mucho equipaje, dice un reportaje del NTV.

La severa crisis económica en la isla, el duro desabastecimiento que abarca a todos los sectores de la vida económica y social, ha obligado a todos los viajeros, principalmente cubanos, hasta a venir con un alfiler.

Las autoridades cubanas habían asegurado y reiterado por todos los medios de difusión que “estaban listos”, pero al parecer no lo estaban. Se documentan hasta 6 horas de espera dentro de las terminales.

El gobierno de la República de Cuba, el Estado, sus ejecutivos, ministros y periodistas fieles, a los que sin dudas pudiéramos sumar no pocos funcionarios de poca monta y de pacotilla, han tenido siempre a mano un culpable para justificar todos sus males y endilgarle la culpa de sus ineficiencias. Llámese “bloqueo” o “situación coyuntural”, por encontrarle nombre a apenas dos “victimarios” que en realidad vienen siendo víctimas, lo cierto es que cada vez que existe un problema con “algo”, el emplazado echa mano al culpable de siempre o uno que se inventa, porque si algo hay que tener claro es que nunca, nunca, va a ser.

Dice un viejo refrán algo como esto: “La victoria tiene mil padres, la derrota es huérfana”. Un adagio que encaja muy bien cuando uno mira, por ejemplo, los números de enfermos en Cuba actualmente por coronavirus y como el estado cubano “orienta” desde ayer, a su pueblo, que no acudan en masa a los aeropuertos a esperar a nadie y que, de ser posibles, eviten las aglomeraciones -en el caso de los pasajeros que entran al país- dentro de la terminal aérea.

Llama la atención que esta preocupación no se hizo con el anuncio de la llamada tángana revolucionaria en el Parque Trillo; tampoco con el concurrido y de forzosa asistencia acto de repudio frente a casa de la activista Iliana Hernández. Si mañana fuese necesaria otra tángana, otro acto de repudio, una demostración de fuerza, un desfile de antorchas o una celebración de la FEU o la FEEM, a ningún organismo oficial le interesaría irle a la contraria al Buró Político.

Eso sería, pensémoslo, de “suma e insoslayable importancia”. Ir al aeropuerto es secundario. Poco importante.

El funcionamiento dentro de la terminal aérea José Martí, con el chequeo y recontrachequeo por parte de los oficiales de la Aduana -sobre todo en el caso de los viajeros provenientes de los EE.UU.- la ausencia de maleteros, el tiempo que demoran estos -y los aduaneros- en revisar las maletas a ver qué cosa pueden sustraer, y la ausencia de carritos para cargar el equipaje es noticia reiterada, durante años, y más que documentada en la internet.



He ahí un asunto preocupante, y una culpa clara. Y si algo es una verdad tan alta como una montaña, es que nadie quiere permanecer seis horas dentro de un aeropuerto esperando por todo lo anteriormente descrito, a lo cual se suma el chequeo médico y los PCR.

¿A quién se le puede echar la culpa por el coronavirus y todo lo que ha traído? ¿A los murciélagos chinos? La enfermedad está ahí, urge agilizar los procesos; y si de algo podemos estar claros es que en los aeropuertos de Cuba, las demoras son como el Sol en las mañanas de la campiña.

En una inusitada declaración, las autoridades cubanas han vertido la culpa sobre las aerolíneas y pasajeros con exceso de carga por demoras dentro del Aeropuerto de La Habana.

Dice el repito lo que me pongan delante de Bernardo Espinoza, que son los numerosos vuelos diarios los primeros responsables. Habla de 300 vuelos diarios actualmente y según cifras son apenas 4000 personas las que actualmente transitan por la principal terminal aérea de Cuba.

Sin embargo, lejos de implementar medidas para -digamos- contratar más personal, revisar el flujo operacional, garantizar medidas técnico-organizativas que puedan cubrir la totalidad de las posiciones en todos los tramos horarios, comprar más pesas y balanzas destinadas a pesar el equipaje, con vistas a disminuir el tiempo de espera, y comprar más carritos, el reportaje de la Televisión Cubana no habla nada de eso.

Por el contrario alude a que los que vienen, principalmente los cubanos, traen demasiadas maletas. ¿Por qué son tan insensibles estos cubanos que provenientes del extranjero vienen, como se dice “cargados hasta el moño”?

La explicación es clara: la severa crisis económica en la isla, el duro desabastecimiento que abarca a todos los sectores de la vida económica y social, ha obligado a todos los viajeros, principalmente cubanos, hasta a venir con un alfiler.

Como es lógico, los retornados buscan traer consigo alimentos y medicinas, en grandes cantidades, además de aseo. El reportaje de la TV no agarra esta idea y prefiere echarle la culpa a cualquiera, llámese Trump, embargo, Mike Pompeo, Marco Rubio o American Airlines.

Ariel P

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