El huevo, que antaño era un alimento imprescindible en la dieta cubana, se ha convertido en un artículo prácticamente de lujo, mientras su precio sigue en ascenso, multiplicándose en miles y miles del ya devaluado peso cubano.
En su actualización diaria sobre el grave problema que atraviesa el país derivado de una crisis energética sin precedentes, el medio ha dedicado miles de palabras para intentar exponer un problema que no tiene solución - a no ser que el régimen decida dar un cambio socioeconómico y político - y cómo el funcionariato intenta poner fomentos tibios en heridas más que profundas.
La situación ha sido denunciada por varios organismos internacionales, quienes advierten que la inseguridad y crisis alimentaria en Cuba no solo se traduce en menos calorías, sino también en una dieta menos nutritiva.
El aguazuca ha dejado de ser una opción en Cuba. Lo que antes era una solución de emergencia para calmar el hambre y mantener a las familias en pie, hoy es un lujo que pocos pueden permitirse.
Desde una perspectiva oficial, la participación de Tapia en el Foro Mundial de la Alimentación podría interpretarse como una oportunidad para "exhibir los esfuerzos de Cuba en la promoción de la soberanía alimentaria y la sostenibilidad", así como para "intercambiar buenas prácticas en el desarrollo de la agricultura familiar". No obstante, dada la profunda crisis alimentaria que vive la isla, es inevitable preguntarse si el verdadero objetivo de su visita es buscar ayuda urgente para garantizar el suministro de alimentos básicos que hoy escasean en los hogares cubanos.
En los últimos cuatro años, el país ha perdido más del 62% de su población de gallinas y más del 72% de sus reproductores porcinos. El ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, ha reconocido la gravedad de la situación en su intervención más reciente, aunque no ofreció soluciones concretas para enfrentar la crisis.
Mario J. Pentón, un conocido periodista entre la comunidad cubana, criticó duramente esta tendencia en un post en redes sociales. Mario publicó una captura de pantalla de lo dicho por la "cocinera", quien expresó que la hizo "para saber cómo era comer un dulce de cáscara de plátano maduro".
Aunque la influencer aclaró en la descripción que se trataba de un restaurante “NO ECONÓMICO”, muchos no pudieron evitar sorprenderse: croquetas a 750 pesos, una pizza a 4100 pesos y, lo que más comentarios suscitó, un plato de carne por 16,000 pesos.
Una brasileña que admira e idolatra a Fidel y el Ché habla sobre "la soberanía alimentaria" en Cuba. Una mexicana critica la miseria que vio en la isla. A la primera, la reseñan en el Granma. La segunda, en el periodismo independiente.
Las políticas actuales no solo fallan en proteger sino que complican la ya difícil situación de obtener estos alimentos esenciales, dejando a muchos ciudadanos enfrentando la perspectiva de un plato vacío, cuando hacer un simple plato de arroz con frijoles cuesta Dios y ayuda.